Una vez que el proyecto se apruebe en la Cámara de Diputados el gran desafío será su implementación sin corrupción y de manera eficiente y transparente, de modo a mitigar los terribles efectos económicos que sigue teniendo la pandemia en la población. El proyecto prevé acciones en sectores que se espera que tengan un fuerte efecto multiplicador tanto en el empleo como en la salud.
El plan de más de 300 millones de dólares prevé financiarse con 250 millones de dólares derivados de Derechos Especiales de Giro emitidos por el FMI, un préstamo de 25 millones de dólares y el resto con reasignaciones presupuestarias.
El préstamo financiará el Fondo de Garantía del Paraguay (Fogapy), organismo creado para mejorar el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas formalizadas (mipymes), mientras que los fondos restantes se dirigirán a financiar la construcción de viviendas, subsidios al sector de hotelería, restaurantes y turismo, a trabajadores ubicados en la frontera y del Instituto de Previsión Social que continúan suspendidos, así como el subsidio por reposo. Entre los programas sociales que serán apoyados se hallan la alimentación escolar, los comedores populares y, por supuesto, se continuarán financiando las políticas de salud teniendo en cuenta que la pandemia sigue.
El Ministerio de Hacienda tiene el compromiso de asignar estos recursos garantizando su uso de manera íntegra y con rendiciones de cuentas periódicas de manera que la población pueda dar seguimiento a la asignación de los fondos, así como a los resultados de los programas que los recibieron.
Los objetivos planteados en el proyecto diseñado por el Ministerio de Hacienda deben tener impacto en la gente de manera a aminorar los efectos económicos de la pandemia, pero también en la tranquilidad de la población. La ciudadanía no resiste mayores decepciones cuando se trata de corrupción o un uso descuidado de los recursos públicos.
Las necesidades y el dolor por el que se está pasando tanto por los problemas económicos como los de salud y las pérdidas de los seres queridos no pueden agudizarse por la evidencia de un manejo irresponsable y menos aún deshonesto.
Además, no hay que olvidar los casos de presuntos hechos de corrupción que se denunciaron el año pasado, con las compras de insumos médicos para enfrentar a la crisis del Covid-19, que hasta ahora no han sido debidamente aclarados por el sistema de Justicia, potenciando la sensación de impunidad.
Los recursos provenientes del FMI llegan en un momento crucial en el que es necesario repuntar la economía esperando que la entrada de la variante delta no se convierta en una desgracia de la profundidad de la que vivimos en los últimos 6 meses.
El plan debe tener como prioridades el empleo y la salud, y el uso de los recursos con eficiencia y transparencia. Estamos avanzados en el segundo semestre y llegan tiempos duros al acercarse las fiestas de fin de año, periodo en que se agudizan los sentimientos, ya sea por la falta de recursos económicos como por la ausencia de los seres queridos que partieron por la pandemia. Los funcionarios responsables de la ejecución del plan y del control de los recursos deben honrar a quienes les pagan su salario y cuidar cada acción y guaraní que ejecuten.