14 jun. 2025

Hace falta una reingeniería del transporte de pasajeros

Si las instituciones públicas vinculadas al transporte de personas tienen la real intención de acabar con el suplicio de los que utilizan los ómnibus chatarra para trasladarse —con la luz verde que ha recibido el Metrobús—, pueden iniciar un proceso global de mejoramiento en el sector. La aprobación del crédito de 212 millones de dólares en el Congreso, destinados al funcionamiento de una línea troncal de 18 kilómetros entre San Lorenzo y Asunción, es relevante. Lo será más si a ello se agregan otras medidas que impliquen una reingeniería del sector, acabando con el calvario de los usuarios de buses.

Por fin, la mezquina puja de intereses creados en torno al Metrobús ha dado paso a la sensata determinación del Parlamento de aprobar los recursos económicos requeridos para comenzar un proyecto que tendrá un gran impacto sobre la vida de 300.000 pasajeros que hoy viajan ensartados en las estriberas de los ómnibus.

No solo eso: significará también la transformación edilicia del entorno vinculado a la vía, ya que el emprendimiento plantea mejorar el aspecto arquitectónico del centro histórico, construir oficinas gubernamentales e intervenir espacios en el barrio San Jerónimo.

Además de las comodidades —aire acondicionado y asientos espaciosos, por ejemplo— que el moderno transporte de pasajeros traerá consigo en cada unidad destinada a 160 pasajeros, ofrecerá a sus usuarios un importante ahorro de tiempo.

Si hoy el tramo San Lorenzo-Asunción se recorre —a una velocidad de 9 kilómetros por hora— en lapsos que van de una hora y quince minutos a una hora y media, el Metrobús solo tardará 39 minutos circulando a 25 kilómetros por hora.

Como beneficio para el país y la sociedad en general, implicará dejar de pagar 30 millones de dólares al año en combustible derivado del petróleo y 11 millones de dólares en movimientos operativos. A ello hay que sumar que el trolebús no dañará el medio ambiente con emanaciones de gases dañinos.

En medio de todo esto, tras la aprobación de la Ley de Alianza Público-Privada que abre la posibilidad de que los actuales propietarios del transporte chatarra entren directamente al negocio, el Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam) desactivó su postura contraria al proyecto. Es de esperar que, con el tiempo, no le sigan poniendo palos a la rueda del progreso.

Para sacarle el mayor provecho a la decisión de innovar en parte el sistema de transporte es necesario partir de este proyecto para encarar otros, igualmente ambiciosos y beneficiosos para la sociedad.

Habrá que pensar, a corto plazo, en otro troncal de Metrobús de Limpio a Asunción. Su funcionamiento permitirá descongestionar el caótico tránsito de ese sector y mejorar el traslado de la gente en transporte público a través del Acceso Norte.

No habrá que mirar solamente el beneficio de Asunción y su área metropolitana. También los pasajeros que viajan al interior en buses —que, en algunos casos, se emparentan también con los obsoletos que hay en la capital— y los que se mueven en servicios locales de unidades a punto de destartalarse, tienen derecho a un transporte digno.

Si el Metrobús en marcha sirve como punta de lanza para pensar y actuar buscando el beneficio de los ciudadanos de todo el país, no habrá sido en vano sortear tantos obstáculos y esperar tanto tiempo para conseguir que los intereses particulares cedieran paso a los colectivos.