EFE
Bogotá
Dos erupciones del volcán Nevado del Huila, la cumbre andina más alta del país, provocaron una avalancha del río Páez, grandes destrozos en algunas infraestructuras y cultivos y la evacuación de unas cuatro mil personas, pero no dejaron víctimas mortales.
En la noche del martes y la madrugada de ayer, se produjeron las dos erupciones del volcán, situado en el sur del país, lo que provocó las avalanchas que aumentaron el caudal de los ríos y obligaron a las autoridades a evacuar a los habitantes a zonas altas.
Las localidades que han resultado más afectadas son Belalcázar, Inzá, La Plata, Tesalia, Caloto, así como Nátaga, Yaguará y Paicol, y una serie de pequeñas aldeas de la etnia páez.
Fuentes de los organismos de socorro y del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán, capital del Cauca, señalaron que los ríos Páez, Magdalena y Simbola, entre otras corrientes, aumentaron considerablemente sus caudales.
El río Páez “incrementó unas cinco veces su caudal, por lo que se paso de la alerta naranja a la alerta roja” en toda la zona de confluencia de esa corriente y se evacuó a centenares de habitantes ribereños, dijeron portavoces de comités locales de emergencia.
Las mismas fuentes consideraron que la avalancha registrada “es superior a la 1994, pero con la salvedad de que las advertencias y planes de contingencia evitaron la pérdida de vidas humanas”.
En 1994 una avalancha del mismo río, causada por una represa que se formó en la parte alta tras un sismo, mató a unas 1.200 personas.
El gobernador del Huila, Rodrigo Villalba, teme que los desechos volcánicos que arrastró el alud, además de lodos, árboles y rocas y que desembocará en el río Magdalena y en la represa de Betania, afectará a miles de toneladas de peces.
Varias carreteras que unen a las localidades y a los dos departamentos afectados, así como algunos caminos comarcales, quedaron cortados al tráfico debido a la destrucción de algunos tramos y la caída de varios puentes.
Pequeños sismos
Mario Ballesteros, director del Instituto Colombiano de Minería y Geología (Ingeominas), que ejerce vigilancia permanente desde la estación de Cerronegro, en las faldas del volcán Nevado del Huila, reveló que continúan registrándose sismos pequeños acompañados por una mayor emisión de ceniza y gases. Varias comisiones de la Oficina Nacional de Atención de Emergencias, de otros organismos de socorro, de la Policía y de las Fuerzas Militares, fueron desplazadas a la zona. La cumbre andina de la Cordillera Central colombiana, que se levanta 5.364 metros sobre el nivel de mar, permaneció sin actividad unos 500 años, hasta febrero pasado.