09 feb. 2025

González Macchi consiguió que le den reclusión domiciliaria

El ex mandatario tiene guardia militar y policial durante las 24 horas, en su domicilio. Los jueces aceptaron una fianza de G. 2.500 millones y una estancia, ubicada en Villeta. El condenado ratificó su inocencia.

Por Roberto Augsten
ragusten@uhora.com.py
El ex presidente de la República Luis Ángel González Macchi, en su segundo pedido, fue beneficiado con la reclusión domiciliaria. Previamente, los abogados José Ignacio González Macchi y Osvaldo Granada se obligaron con una fianza de 500 millones de guaraníes cada uno. Asimismo, se aceptó una póliza de seguro por 1.500 millones de guaraníes y una estancia ubicada en Villeta, evaluada en 4.800 millones de guaraníes.
El Tribunal de Sentencia, integrado por las juezas Gloria Hermosa, Blanca Gorostiaga y Silvio Reyes, entendió que correspondía la reclusión domiciliaria ya que el procesado otorgó suficiente fianza, “no obstante deberá tener guardia militar y policial durante las 24 horas y cualquier modificación de su reclusión servirá para decretar nuevamente su prisión”, según explicó la jueza Hermosa.
González Macchi fue sentenciado a 8 años de prisión, luego de ser hallado culpable del delito de enriquecimiento ilícito y declaración falsa. En el mismo caso fueron sobreseídos Susana Galli, ex primera dama, y Reinaldo Domínguez Dibb, empresario. Este último remesaba dinero a una cuenta bancaria de Zurich, para González Macchi, por haber sido adjudicado en forma irregular para la explotación de la quiniela.
El ex mandatario deberá residir en su domicilio de Alas Paraguayas al 640 y no podrá salir sin permiso judicial.
González Macchi volvió a insistir ante los periodistas de su inocencia. “Creo que hemos demostrado que la fortuna no proviene de un enriquecimiento, sino de una herencia familiar. Ahora vamos a pelear por el sobreseimiento ante el Tribunal de Apelación, en febrero próximo. Vamos a esperar mejor noticia el próximo año”, acotó.

LEYENDO LIBROS.
El ex titular del Ejecutivo dijo que se pasó leyendo en su lugar de reclusión, el Regimiento Escolta Presidencial, donde también le visitaron varios amigos.
“En cuanto a los amigos de política, ellos son circunstanciales. En la política hay lucha por el poder y mientras estás en el poder, tenés muchos amigos, que luego desaparecen. Parece que la amistad se va decantando y solo quedan los buenos amigos. Yo tengo mis conceptos bien claros, nunca perdí la cabeza, siempre pisé tierra y tengo bien claro quiénes son mis amigos. Un amigo es como un hermano, pero jamás voy a hacer ningún exabrupto personal o individual contra nadie”, dijo González Macchi.
El ex presidente añadió que Nicanor Duarte Frutos nunca fue su amigo."Nos conocimos en la política, nada más. Nicanor no me llamó nunca desde agosto del 2003. Tampoco yo le llamé", precisó.

“Lugo aún no me convenció"
Luis Ángel González Macchi dijo que el momento político que vivimos es muy peculiar y que eso que un colorado es el mejor amigo de otro colorado es un concepto meramente electoral. “Ahora vamos a tener un candidato obispo, nunca escuché eso. A Lugo lo conozco como trabajador de la Iglesia y no es necesario ser cura para tener sensibilidad social. Hasta ahora no me convenció todavía Lugo. El hecho de renunciar a Dios para trabajar por el país es una diferencia que solo Lugo puede explicar. Yo soy colorado y no quiero que mi partido caiga, vamos a ver qué pasa luego de febrero, después voy a hablar de la política”, acotó.

Fiscal se opuso
El fiscal René Fernández se opuso a la libertad de Luis González Macchi, alegando que el peligro de fuga se encuentra latente y que la pena impuesta era muy elevada. “Además no entendemos cómo podría ejecutarse o cobrarse una póliza en caso que el condenado huya de los mandatos de la Justicia”, declaró el investigador. Ayer fue la segunda vez que el Tribunal de Sentencia consideró la revisión de la prisión. En la primera oportunidad los jueces rechazaron la reclusión domiciliaria. El caso debe ser reestudiado en el Tribunal de Apelación. La fiscalía pidió confirmar la condena.