La no aceptación del ministro César Garay de la vicepresidencia segunda hizo que finalmente el ministro Eugenio Jiménez tuviera que asumir el citado cargo como miembro del Consejo de Superintendencia de la Corte Suprema, lo que puso fin al conflicto suscitado.
En la sesión de ayer, ya en los temas varios, el ministro Eugenio Jiménez aclaró primero su postura, y destacó el cambio de circunstancias debido a que su colega Garay tampoco aceptó el cargo, por lo que debía elegir la mayoría, con lo que se sometió a la decisión del pleno.
Recordemos que el 3 de febrero pasado, se eligió al nuevo Consejo de Superintendencia con César Diesel como presidente y Carolina Llanes como vicepresidente primero. Eugenio Jiménez fue electo para vicepresidente segundo, pero no aceptó, por lo que el tema fue discutido en tres plenarias posteriores.
“Creo que este debate que se ha suscitado en la Corte con relación a la obligatoriedad o no de un ministro de la Corte de ejercer una función por decisión de la mayoría, merece una consideración final”, dijo para explicar el tema.
Jiménez aseguró que hubo posiciones distintas entre pares, incluso con argumentos constitucionales, legales y hasta filosóficos. Remarcó que “existe libertad de los ministros de aceptar o no una designación siempre que no está en peligro la gobernabilidad de la Corte”.
“Quiero recordar que yo acepté la tesis de la carga pública condicionado a que si existe la inaceptación de dos ministros por supuesto no cabe otra alternativa que la de la elección y entiendo también que no hace falta reabrir el debate”, acotó Jiménez.
Con ello, señaló que cambiaron las circunstancias ya que dos ministros tenían la misma posición de no aceptar, por lo que debía ser una solución institucional con lo que se sometió a lo que elección hecha por el pleno.
Antes aclaró que algunos dijeron que el problema era que estaría inhabilitado para ejercer la presidencia el año que viene, pero ese no era el motivo. Es más, el debate sirvió para que se pudiera analizar los alcances de la Ley 609/95, y poder aprovechar para trabajar en un proyecto de armonización de las situaciones y evitar que los sucesivos se puedan entrar en estas posiciones.
“Y como se habló de la eventual presidencia que estaría frustrada en realidad, yo considero que cada colega tiene el legítimo interés de presidir la Corte, un interés que considero que no es personal sino institucional”, dijo. Citó los logros de su presidencia en el 2019, sobre la base de la transparencia.
Se ratificó en su postura de que el ministro podría no aceptar si no hay peligro para el funcionamiento de la Corte. Además, que la mayoría es esencial, pero limitada y que como lo dijo en la sesión anterior, al haber doble negativa se convierte en carga pública y aceptó el cargo.
La carga pública condicionado a que si existe la inaceptación de dos ministros no cabe otra que la elección. Eugenio Jiménez ministro.
También me ratifico en que la mayoría (para decidir) es esencial, pero también tiene sus limitaciones. Eugenio Jiménez, ministro.