24 abr. 2024

Fueron a agradecer milagros de sanación a la carmelita

Silvia Vázquez (57) recibía hace seis años la aterradora noticia de que el cáncer de mama avanzaba en ella. En ese entonces, afirma, ya conocía de las bondades de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, así que no dudó en recurrir a su intercesión.

Fiesta.  El espíritu de alegría se apoderó ayer de los miles de devotos de Chiquitunga.

Fiesta. El espíritu de alegría se apoderó ayer de los miles de devotos de Chiquitunga.

Indica que su fortalecida fe y el apoyo familiar fueron claves. Hoy, Silvia está curada, por ello hizo de todo para venir desde Guairá para ser partícipe de la fiesta por la ascensión de Chiquitunga a los altares santos.

Este es uno de los cientos de testimonios de milagros que la feligresía fue a agradecer y celebrar en la gran fiesta realizada ayer, para la beatificación de la religiosa paraguaya. Los carteles, pañuelos y banderas con mensajes de agradecimiento se desplegaban por todo el estadio. Y en el altar, las plegarias más profundas quedaron plasmadas en un retablo hecho totalmente de rosarios que fueron donados por miles de creyentes.

Gracias de la beata. En su mayoría, los favores recibidos que relataron los devotos son en torno a la recuperación de la salud. Tal es el caso de Nathalia Faigan, quien afirma que tras un infarto que tuvo su madre, consagró el corazón de su progenitora a Chiquitunga. Meses después, afirma que los doctores quedaron sorprendidos al encontrar que todos los estudios de cardiología confirmaban que estaba totalmente sana.

“Los cardiólogos no pudieron creer que no había secuelas. Volvió a repetirse todos los estudios y se confirma que ella estaba bien. Entonces observaron el primer CD en donde se detectó el infarto y reconocieron que se trataba de un verdadero milagro”, comenta emocionada Nathalia, quien apreciaba el evento desde el sector preferencial.

En el sector césped se encontraba Natalicio Bareiro. El hombre miraba fijamente el retablo hecho para la beata. Su admiración y acercamiento hacia Chiquitunga iniciaron durante el proceso de tratamiento de cáncer de colon y del hígado. Natalicio destaca que el de colon ya desapareció, “Ahora solo falta el del hígado, pero estoy confiado en que me voy a recuperar”, expresa el hombre, cuyo ánimo demostraba espíritu de fortaleza.