Según el especialista, es muy importante ponerse metas y objetivos específicos, cuantificables, no abstractos, para entender de primera mano qué significa ser exitoso y cómo alcanzar las metas puede beneficiar a mi entorno.
“Es fundamental saber qué significa para uno mismo el éxito antes de plantearse metas; de ahí podrán surgir objetivos reales y sumamente específicos. Pero existe un paso previo antes de llegar a fijarse las metas: entender el propósito de los objetivos y conectarse con ellos”, explicó Ducrot.
Según el profesional, cuando una persona se propone una meta debe dejar del lado el egoísmo y pensar en cómo su logro podría beneficiar a su entorno o a su comunidad.
“Recién ahí se puede conectar uno con su meta y llegar además a otros objetivos alcanzados debido a que lo anhelado es algo real, no una imposición. Hay dejar de lado el egoísmo para fijarse metas. Cuando dejo el egoísmo me concreto con el contribuir, con el sentir. Esto da mayor fuerza y la energía de la generosidad al objetivo”, advirtió.
Explicó además que un estudio recientemente realizado por expertos dio a conocer que aquellas personas que solo “se movían” para lograr sus metas eran quien tenían menor rendimiento, a diferencia de los que se focalizan en el propósito, en cómo le ayudaban a la gente: ellos vencían los obstáculos, refirió.
“Muchas personas se imponen metas que no les inspiran porque no están conectados con el corazón y la pasión. Tenemos que pensar en cómo voy a hacer la diferencia en la vida de la gente al lograr una meta. Es clave entender que en la carencia no hay poder”, sentenció.
Comentó que el problema que se registra de manera constante es que las personas olvidan su esencia y el sentido mismo del servir, de ayudar a otros, y se enfocan en buscar afuera lo que ni siquiera descubrieron dentro de ellos.
“Si busco algo de afuera para identificarme, para saber si soy pleno o no, dependo de que eso ocurra, es decir, no tengo poder. Si quiero conectarme con mi propia grandeza tengo que entender que aquellos que ocurra afuera no está bajo mi control pero sí de lo que yo puedo dar para mejorar una situación”, planteó.
ESCRIBIR LAS METAS. Añadió además que una vez fijada la meta es importante visualizar cómo sería uno mismo si los objetivos se cumplen, qué cambiaría. Dijo que es importante, posteriormente, escribir en algún cuaderno cuáles son esas metas para el año próximo y tenerlo cerca siempre.
“También es bueno tener un dibujo, una foto o tal vez una frase que nos inspire y a la vez recuerde el objetivo. Luego, cada tanto, es importante chequear esa lista para saber si estamos caminando por el sendero correcto”, añadió.
ABRAZAR EL FRACASO. Durante el proceso de llegar a los objetivos existen momentos de resbalones que asociamos con el fracaso. Ante ello el profesor de yoga sostuvo que para poder seguir el camino fijado es importante “abrazar el fracaso” y personarse a uno mismo.
“El primer punto es aceptar el fracaso, es decir, hay que abrazar el fracaso. No tengo que negar ni rechazar. Cuando acepto esto, la emoción de la frustración disminuye y desaparece. Es una forma de personarse a uno mismo”, subrayó.
Remarcó que es bueno, si sucede, observar la frustración y asumir cuál fue el error cometido para luego aprender de él para que esa situación no se vuelva a repetir. “Es bueno entender que la vida también trae mensajes por medio del sentimiento de tristeza”, señaló.
“La vida no es lo que pasa afuera, sino un reflejo de lo que hay dentro de cada uno”, finalizó diciendo el docente quien forma parte de la organización Brahma kumaris Paraguay que brinda clases de meditación de manera gratuita como un servicio a la comunidad.