Como presidente en ejercicio decepcionó bastante. En este tiempo de ausencia de Fernando Lugo no sólo no supo capear las diferencias políticas que tiene con el propio mandatario y Blas Llano, sino que tampoco pudo demostrar que está en condiciones de llevar las riendas del país en condiciones extremas. Admitió ignorancia en el tema de la crisis campesina en momentos de gran tensión por los ataques de los sintierras.
Si su intención era salpicar a Lugo y su entorno de no querer proveerle toda la información necesaria, el vicepresidente debió exigir que le pongan al tanto antes de cometer metidas de pata. Para algo asumió y se comprometió ante la gente.