Casi la mitad del distrito de Ñacunday, cuya superficie es de 85.000 hectáreas, pertenece a empresas que conforman el Grupo Favero, liderado por el productor brasileño Tranquilo Favero, conocido como el Rey de la Soja.
La firma posee casi 45.000 hectáreas de tierra, de las cuales 35.244 están en el distrito de Ñacunday, según confirmó el intendente de dicho municipio, Pedro Duarte.
Sin embargo, la presencia y el éxito de la firma productora de granos no son sinónimo de progreso en el distrito, debido a su escaso aporte en concepto de impuesto inmobiliario y su casi nula ayuda a la comunidad, según relató la autoridad.
El aporte al Municipio en concepto de impuesto inmobiliario se reduce a la irrisoria cifra de G. 2.000 por hectárea, cuando el precio de mercado de la hectárea asciende a más de USD 12.000 (G. 53 millones).
“El grupo está al día con sus impuestos, pero el monto es muy bajo”, indicó.
Duarte explicó que esto se debe a que pagan el valor fiscal de las tierras rurales fijadas por el Ministerio de Hacienda, que fue incrementado el año pasado, pero sigue estando muy lejos valor del mercado.
Informó que la firma brasileña emplea a unas 250 personas, contando todos los silos y funcionarios de máquinas. Esto equivaldría solamente a una fuente de trabajo en cada 180 hectáreas.
El intendente también señaló que fuera del mantenimiento de los caminos internos de su propiedad, el grupo no proporciona ayuda social a la comunidad.
Este desequilibrio se nota por la pobreza en la que se desenvuelven gran parte de los habitantes del distrito que padece la falta de caminos de todo tiempo, un mejor servicio de salud y puentes (sobre los ríos Ñacunday y Yacuy Guazú). Los enviados de ÚH buscó en varias ocasiones ser recibido por la representante del grupo, pero se negó a concedernos una entrevista.
