14 ene. 2025

Éxito rotundo de artistas paraguayos en Cosquín

El talento y el carisma del requintista Juan Cancio Barreto arrancaron la ovación del público del XXXXVII Festival de Cosquín. Lizza Bogado, César Cataldo, Juan Ángel Barreto y el ballet paraguayo deslumbraron al auditorio.

Por Roberto Gómez Palacios
rogomez@uhora.com.py

El requintista Juan Cancio Barreto se metió en los bolsillos a las casi 18.000 personas que acudieron a la Plaza “Próspero Molina”, donde se ubica el escenario mayor del Festival de Cosquín, en Córdoba, Argentina.
Pasaron 28 años de su última presentación en Cosquín (primero en el 77 y luego en el 79). Quizás nadie lo recordaba, pero ahora es difícil que lo olviden. Con su peculiar humor emitió las palabras: “Buen día, estoy tan nervioso como padre primerizo”, tras ejecutar “Carreta guy”.
Pero Juan Cancio tenía todavía un as en la manga para seguir con su rutina de seducción. Pidió a la gente que lo acompañara en su siguiente interpretación, con lo que se ganó a todo Cosquín. “Marcha San Lorenzo”, el himno que identifica a los pobladores de esta sierra sonó de pronto en el requinto, para dejar en la memoria de los presentes el imborrable sello de la bandera paraguaya, en su paso por este escenario.
Los aplausos no bastaron para admirarlo y se escucharon sonidos y frases de elogios. Para culminar, regaló su incomparable versión de “Pájaro Campana”, con lo que el público sencillamente quedó fascinado y comenzaron a gritar “otra”, aunque la organización no concedió otra, y continuó el programa de la delegación nacional para el cierre de su actuación.
La cantante Lizza Bogado deslumbró con su voz, produjo lágrimas incluso en los rostros de paraguayos y descendientes de compatriotas que viven en este vecino país. Con “Lucerito Alba” inició su repertorio, cuyo coro fue repetido una y otra vez por los asistentes. Luego, “Purahéi” fue dedicado a esos compatriotas y sus hijos que viven lejos de nuestra tierra, para luego cerrar su presentación con “Paloma Blanca”.
“Es para mí un honor, en mis 25 años de carrera, poder festejarlos con ustedes en este gran escenario”, dijo la cantante.
Hacia el final, todos juntos en escena, instrumentistas y bailarines corearon la última canción interpretada por Lizza, en la que resonó ante la tricolor bandera paraguaya la frase “Vibra el Bravo Paraguay”, en el último paso ante el público, que aplaudió de pie.

DANZA PARAGUAYA. Los 17 bailarines y bailarinas del ballet a cargo de los profesores Katty Ortega y César Vinader llenaron el escenario de polcas, en una selección de temas que fueron conquistando paulatinamente al público.
Canastas en los brazos, cántaros y botellas en las coreografías trajeron las paraguayas a esta pequeña ciudad cordobesa para deslumbrar al público. Y la danza de la botella, cuya bailarina principal levantó 10 en la cabeza, se ganó el aplauso apacible de los presentes.
Una vez culminado el baile, el escenario giratorio del festival dejó ver la figura de un trío conformado por el guitarrista Juan Ángel Barreto, la bajista Rossana Ovelar y el arpista César Cataldo.
La noche serrana contempló en silencio cómo las manos de Cataldo arrancaban sonidos al arpa con “Cascada” y “Tren Lechero”, lo que despertó la atención de Cosquín.

Música paraguaya en manos argentinas

La “séptima luna”, en referencia a la séptima noche del festival que dura nueve jornadas, prometía un espectáculo maravilloso en la Plaza Mayor de Cosquín 2007. A las 10 de la noche, el estallido de fuegos artificiales anunciaba el desfile de consagrados artistas como Juan Falú, el Ballet de Cosquín, Los Nocheros, representantes de Venezuela, entre otros, además de la delegación paraguaya.
Mientras, en las afueras de la plaza, las peñas comenzaban a sonar, entre las que se encontraba un grupo cordobés que interpretaba animosamente música paraguaya, con arpa y dos guitarras. El trío Medea, que nació en una iglesia evangélica que lleva ese nombre, se originó hace 26 años y desde su creación interpreta música guaraní.
Los acordes de “Pájaro Choguy”, “Pájaro Campana” y otros temas fueron aplaudidos por la multitud agolpada en la vereda de la calle principal, convertida desde las 18 en peatonal.
“Esto es lo más maravilloso que hay. Nosotros escuchamos esto cada 10 años, si tenemos suerte”, decía un ciudadano porteño de nombre Óscar Boschiachzzo, entusiasmado por el instrumento de las 36 cuerdas.
Dentro de la Plaza “Próspero Molina”, mientras los artistas nacionales aún se preparaban para su actuación, representantes de la Secretaria Nacional de Cultura y del Fondec entregaron una bandera paraguaya, libros y discos de autores paraguayos al intendente de Cosquín, Marcelo Villanueva, en un rincón del palco oficial. “Lo más importante es la hermandad que nace y que la delegación paraguaya siempre nos acompañe”, pronunció antes de hacer entrega de un poncho tradicional de esta zona argentina a quienes le hicieron el regalo.