Por Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman
“Canjearemos al suboficial Edelio Morínigo. Le damos al Gobierno un plazo de ocho días para que liberen a media docena de epepistas prisioneros políticos del Gobierno. Al cumplirse el plazo y no liberan a nuestros camaradas, procederemos a ejecutar al prisionero. El plazo vence el 14 de octubre de 2014".
Es lo que decía textualmente un comunicado de dos páginas, fechado el 29 de setiembre último, con logotipo del grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), encontrado en varias copias cerca de la vivienda de sus padres, en Arroyito.
A pocos días de terminar el plazo, su papá Apolonio Morínigo , su mamá Obdulia Florenciano y su esposa Elisa Mabel Ledesma, casi no duermen, se pasan las noches en vigilia en su humilde vivienda rural en la comunidad de Arroyito, Concepción, esperando la fecha y rezando para que el grupo armado no cumpla su siniestra amenaza.
“A pesar de todo, mantenemos la esperanza de que nuestro hijo pueda regresar con vida. También entendemos que el Gobierno no ceda al pedido que hace el EPP, de liberar a personas presas”, dijo Obdulia, la mamá de Adelio, a la periodista Estefanie Cantié y al fotógrafo Gustavo Segovia, de la revista TVO, quienes los visitaron en su hogar. El reportaje se publica en la última edición de la revista.
Cómo fue la captura de Edelio.
Hay encontradas informaciones acerca de cómo y por qué se produjo la captura del policía Edelio, el sábado 5 de julio de 2014.
La versión que dan la Fiscalía y los propios familiares del policía es que el mismo decidió realizar una expedición de cacería, en compañía de unos amigos, en un monte cercano a Arroyito, justamente en la zona en que todos saben que se movilizan los miembros del EPP.
El comunicado del EPP sostiene en cambio que Edelio solo utilizó a sus amigos y planeó la expedición como una coartada, y que en realidad fue enviado en una operación de inteligencia de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), buscando detectar el lugar exacto en que se encuentra el campamento del grupo armado, con el objetivo de ayudar a un posible plan de rescate del joven Arlan Fick, secuestrado por la banda desde el pasado 2 de abril.
“El policía Edelio Morínigo estaba haciendo trabajo de inteligencia, tratando de ubicar nuestro campamento, para que luego el enemigo despliegue toda su fuerza sobre nosotros. Para su cobertura le usó a civiles y a un niño, que se quisieron hacer pasar por secuestradores”, sostiene el comunicado del grupo armado.
Edelio ingresó al monte con otras cinco personas, entre ellas un adolescente menor de edad. Según el relato de los propios protagonistas, alrededor de las 14.00 de ese día sábado 5 de julio, fueron sorpresivamente rodeados por varios hombres y mujeres con armas, todos vestidos con uniforme de combate y las insignias del EPP.
“Los tuvieron de rehenes desde las 14.00 hasta las 18.00 de ese sábado”, relata Obdulia, la mamá de Edelio, a la revista TVO. “Tampoco los ataron, pero los mantenían encañonados. Ellos contaron que los sentaron en el suelo y les hablaron mucho de su ideología y de los motivos por los que hacen lo que hacen”, agrega.
En principio, Edelio y sus amigos no fueron llevados hasta ningún campamento, sino que fueron retenidos en un claro del monte.
“Los amigos de mi hijo pudieron ver a tres mujeres entre ellos. También nos contaron que hay varios menores en el grupo. En un momento dado, dicen que vieron a mucha gente, pero después solo quedaron tres con ellos”, narra Obdulia.
“Le vieron a Arlan”.
Un detalle muy significativo que la mamá de Edelio relata es que los amigos que acompañaron al policía aseguraron en un primer momento haber visto en el grupo de los que formaban parte del EPP al joven Arlan Fick, secuestrado desde hace casi 200 días.
“Esos señores nos dijeron a nosotros que le vieron a ese chico, pero luego, frente a los fiscales, negaron todo”, asegura la mujer.
Luego de casi cuatro horas de preguntas y “adoctrinamiento”, los integrantes del EPP decidieron liberar a los cinco acompañantes de Edelio, pero explicaron que iban a dejar retenido al policía.
“Les dijeron a los muchachos: este se va a quedar con nosotros, para hablar un poco más. Ellos (sus compañeros) pidieron por favor que no le hagan nada a Edelio y los del EPP prometieron que lo iban a soltar otra vez, pero luego no pasó nada”, cuenta Obdulia de Morínigo.
Un policía dedicado.
Edelio Morínigo tiene 25 años y es uno de los 12 hijos del matrimonio de Apolonio y Obdulia.
Su padre recuerda que, desde niño, soñaba con ser policía y que ellos se oponían, porque deseaban que se quede a ayudarlos en la chacra.
Finalmente, con mucho sacrificio, pudieron reunir el dinero para enviarlo a estudiar a Asunción, a la Academia de Policía, carrera que estuvo a punto de truncarse varias veces, por falta de recursos.
Cuando Edelio se incorporó a las filas policiales, pidió a sus superiores que lo trasladen a servir en su comunidad. Luego de insistir mucho, pudo incorporarse al plantel de la Comisaría 7ª de Arroyito, donde ya llevaba dos años de servicio.
Edelio se casó con su novia Elisa Mabel Ledesma, con quien están edificando una casita en el mismo terreno de los padres del policía, en cuya construcción trabajaba en sus horas libres.
Por ser un profundo conocedor de la región y reconocido por los pobladores, los responsables de las tareas operativas de la Fuerza de Tarea Conjunta le pedían constantemente a Edelio su ayuda en las incursiones en búsqueda de los miembros del EPP. Quizás por eso le encargaron la misión de infiltrarse en los montes, haciéndose pasar como cazador, pero el operativo salió mal y terminó en su captura.
Ahora el EPP amenaza con asesinarlo, en lo que sería la primera ejecución pública que cometerían los miembros de la banda, tal como lo hacen organizaciones terroristas internacionales como Al Qaeda y Estado Islámico (EI).
¿Cumplirán su amenaza los integrantes del grupo armado? Es la pregunta que no deja dormir a Apolonio, Obdulia, Elisa y a todos los familiares y amigos de Edelio. La respuesta solo podrá dilucidarse al final del día de este martes 14 de octubre.