“El aeroplano pasó por nuestra comunidad a una altura muy baja. Estábamos rezando cuando todo ocurrió. Inmediatamente nos movilizamos, porque no permitimos que nadie entre sin nuestro conocimiento a nuestra propiedad”, relató José Anigui, cacique de la comunidad Aché Guaraní, donde el narcoavión boliviano cayó. “Eran cerca de las 9 de la mañana. Cuando veníamos hacia este lugar, nos encontramos con los policías, que nos ordenaron que nos tiráramos al suelo, porque pensaron que éramos los pilotos”.