13 feb. 2025

Esta noche acaba el plazo para que Irán congele su programa nuclear

Mahmud Ahmadineyad ha dicho hoy que desarrolllarán al “máximo” la tecnología nuclear. Irán ha asegurado que se defenderá si tiene que hacerlo de un hipotético ataque de Estados Unidos.

Cuando hoy termina el plazo dado por la ONU a Irán para que abandone su programa de enriquecimiento de uranio, nada parece indicar que el régimen presidido por Mahmud Ahmadineyad esté dispuesto a dar su brazo a torcer.

El propio Ahmadineyad insistió hoy en que “seguirá con autoridad su camino hasta llegar al máximo de la tecnología nuclear”, haciendo caso omiso de las presiones internacionales sobre Teherán para que suspenda el enriquecimiento de uranio.

En un discurso pronunciado hoy en la ciudad de Amlesh de la provincia de Guilán (norte), Ahmadineyad reiteró que su país “no renunciará ni un ápice a su derecho”, y que “nuestro pueblo está decidido a defender de forma unánime su derecho nuclear”.

El negociador nuclear iraní, Ali Lariyani, aseguró ayer por su parte en Viena que Teherán está dispuesto a negociar y ofreció garantías a Occidente sobre el fin pacífico de su programa nuclear, pero rechazó de forma clara detener el enriquecimiento de uranio, como le exige el Consejo de Seguridad.

Lariyani se reunió ayer en Viena con el director del OIEA, Mohamed el Baradei, cuando está a punto de cumplirse el plazo dado por el Consejo de Seguridad a la agencia de la ONU para que certifique si Irán ha cumplido con la resolución 1.737.

La OIEA emitirá un informe negativo

Todos los hechos apuntan a que el OIEA responderá que Teherán ha incumplido con esa resolución, pero el negociador iraní aseguró que tuvo unas “conversaciones constructivas” con El Baradei sobre “algunas ideas para retomar las negociaciones”.

En su apuesta por el diálogo, Lariyani ilustró sus ventajas con un símil pugilístico: “Si se meten en el ring de boxeo, tendrán problemas, pero si se mantienen sentados a la mesa del ajedrez (diplomático) ambas partes alcanzaremos un resultado”.

Lariyani reiteró que Irán no pretende desarrollar armas nucleares, que no ha incumplido ningún aspecto del Tratado de No proliferación Nuclear (TNP) y que la decisión de suspender el enriquecimiento de uranio es “política”.

El negociador resumió la situación diciendo que “existe una preocupación por el lado iraní: que se prive a Irán de la tecnología nuclear por medio de la fuerza y la coacción”.

A su vez, por el lado Occidental se tiene la preocupación de la desviación de material nuclear para fines militares -dijo- y ofreció las “garantías y la seguridad” de que ese paso no se va a dar.

No querían que interviniera la ONU

Lariyani reiteró su coincidencia con El Baradei en apreciar que “no se debería haber enviado el dossier nuclear iraní al Consejo de Seguridad”, y que lo ideal era haberlo mantenido en el marco del OIEA, al considerar que es un organismo técnico ajeno al juego político.

El problema sobre el programa nuclear -dijo Lariyani- “no se puede resolver con la fuerza y la presión” y aseguró que aquellos que intentasen atacar a Irán recibirían “la respuesta apropiada”.

Sobre la información de la cadena británica BBC que revelaba un supuesto plan estadounidense para bombardear las infraestructuras atómicas de Irán, contestó que algo semejante va contra el derecho internacional y contra la resolución 533, que prohíbe atacar instalaciones nucleares.

A este respecto, Irán quiso hoy hacer una demostración de su fortaleza probando “con éxito” un nuevo misil de fabricación nacional, “capaz de destruir los blindados más potentes”, informó la televisión iraní Al Alam.

Respecto a un posible endurecimiento de las sanciones en caso de que Irán siga adelante con sus investigaciones nucleares el negociador iraní se mostró desafiante sobre su alcance: "¿Han tenido alguna consecuencia en nosotros?”, se preguntó.

Hoy expira el plazo

El viaje a Viena del responsable iraní se produjo en la víspera de que expire el plazo de 60 días que el Consejo de Seguridad dio a Teherán el 23 de diciembre pasado para que congele el enriquecimiento de uranio y las actividades relacionadas como “la investigación y el desarrollo”.

Tras un encuentro anterior con el ministro belga de Asuntos Exteriores, Karel de Gucht, al frente del comité de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, Lariyani comentó que esa conversación también fue positiva, pero no ofreció ningún avance concreto para acercar posiciones.

El OIEA escruta el programa nuclear iraní desde el año 2003 y hasta ahora no ha logrado determinar que su naturaleza sea exclusivamente pacífica, ya que muchas de sus actividades se desarrollaron en la clandestinidad durante 18 años.

El principal escollo es el enriquecimiento de uranio debido a su doble uso, civil y militar, dependiendo de su grado de pureza, que, si alcanza más de un 80%, puede servir para fabricar una bomba atómica.