“En principio la idea es bajar el agua no contabilizada del 40% al 35% en los primeros meses. Queremos darle un tratamiento de shock, pero la tarea no termina ahí, porque bajar las pérdidas es relativamente fácil, lo más complicado es mantener esa reducción, dijo Paulo Cheden, uno de los técnicos enviados por la empresa Copasa, encargada del saneamiento y servicio de agua potable en Minas Gerais, Brasil.
Según la empresa la producción de agua potable ronda actualmente 330.000 metros cúbicos por día, de los cuales el 40% no se factura debido a pérdidas en el sistema de distribución, al uso de medidores que perdieron efectividad y a las conexiones clandestinas a la red.
“Las causas de pérdidas no son muy distintas en Brasil, son las mismas que en Paraguay. Estas son las roturas en las cañerías porque cumplieron su vida útil o la alta presión en la red, las conexiones clandestinas y los problemas en la micromedición, debido a que los medidores han sobrepasado su vida útil y comienzan a tener fallas”, dijo Cheden.
Agregó que en Brasil estamos cambiando los medidores cada siete años y ahora vamos a bajar a seis; sin embargo, en Paraguay existe una buena cantidad de medidores que tienen más de 10 de antigüedad”, dijo Cheden.
Essap ha comprado el año pasado un total de 25.000 nuevos medidores y este año otros 6.000, sin embargo, técnicos de la empresa estiman que se necesitan una inversión de alrededor de dos millones de dólares para renovar los medidores que cumplieron con su vida útil y que rondarían los 100.000 medidores.