Ante una situación sanitaria considerada “extrema”, el presidente español Pedro Sánchez anunció el domingo la instauración del estado de alarma, en principio por quince días.
Se trata del segundo estado de alarma decretado en España, tras el impuesto en marzo y que duró hasta junio con un confinamiento general de la población para contener la primera ola de la pandemia, que causó casi 35.000 muertos en el país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el domingo que la víspera se confirmaron 465.319 casos de nuevo coronavirus, un nuevo récord mundial por tercer día consecutivo (449.720 el viernes y 437.247 el jueves).
Casi la mitad se registró en Europa, con 221.898 en un día. El continente acumula ya cerca de nueve millones de contagios y más de 260.000 muertos.
De acuerdo con la organización, el hemisferio norte se encuentra en un “momento crítico” de la pandemia, advirtió el viernes su director Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Francia registró el domingo un número récord diario de contagiados, después de que fueran diagnosticadas positivas 52.010 personas. El número de muertos se incrementó en 116 y ya suma un total de 34.761 personas.
Ante la segunda ola, varios países europeos, como Francia, ya instauraron el toque de queda desde mediados de octubre. En Italia, tres regiones con las ciudades más populosas lo adoptaron en los últimos días. Tras un récord de contagios el sábado –20.000 en 24 horas para más de 500.000 casos y 37.000 muertos–, el gobierno italiano endureció de nuevo las medidas. Cines, teatros, gimnasios y piscinas cerrarán a partir de hoy y hasta el 24 noviembre. Los bares y restaurantes deberán dejar de servir después de las 18:00.
La pandemia ha dejado ya cerca de 1,2 millones de muertos en el mundo desde finales de diciembre.