28 mar. 2024

Escenario económico desalentador exige respuestas eficientes y eficaces

La inflación, que ya viene dando señales negativas desde el año pasado, se extendió hasta este año. A esto se agrega la reciente estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) de un bajo nivel de crecimiento para el año 2022. Este contexto es altamente riesgoso, tanto en términos socioeconómicos por el retroceso que puede significar en los avances en la calidad de vida que se vieron en los últimos años, como en términos políticos por el malestar ciudadano y el conflicto que puede conllevar. Las autoridades económicas no pueden permanecer al margen de la situación.

La conjunción de un aumento generalizado de los precios con bajo crecimiento económico introduce un nuevo riesgo que las autoridades económicas deben incorporar en la agenda pública, ya que requerirá medidas adicionales a las actuales si no se quiere que estos problemas se extiendan al mediano plazo y compliquen el escenario negativo.

La consecuencia de varios meses de inflación con bajo crecimiento conlleva el aumento del desempleo y el deterioro de los empleos ya existentes. El desempleo ya venía mostrando una tendencia creciente antes de la pandemia, situación que se agravó en los años recientes. Si además se analizan sectores particulares como el de la juventud y la mujer, las tasas promedio son todavía más altas.

Para los que tienen empleo, la situación no está mejor. El 65% de los trabajadores son informales y alrededor del 70% no logran ganar un monto equivalente al salario mínimo.

En estas condiciones, los hogares paraguayos no tienen ninguna posibilidad de enfrentar los efectos de un aumento del costo de vida. La mayor parte de las familias no cuentan con margen para reducir su consumo. La respuesta a la inflación será el deterioro de la canasta básica, principalmente de alimentos, ya que es allí donde el aumento de los precios está siendo más grave.

Los costos serán altísimos en bienestar y también para el Estado. Una mala nutrición es causa directa de enfermedades, bajos niveles de productividad en el trabajo en la adultez y poca probabilidad de aprendizaje en la niñez. Otra consecuencia directa en la infancia y adolescencia es el trabajo infantil, ya que otros integrantes del hogar deben incorporarse al mercado laboral para generar más ingresos y ayudar al mantenimiento del hogar.

Las condiciones están puestas para el deterioro de la calidad de vida de las familias, con la probabilidad del retroceso de los avances logrados en los últimos 15 años en solo uno o dos años de pandemia y pospandemia.

Frente a los niveles de conflictividad, malestar y desaprobación ciudadana, este escenario es altamente peligroso no solo para la gobernabilidad política sino también para las expectativas que afectan a la inflación.

Por un lado, el desempeño económico requiere convivencia pacífica para que sus resultados se distribuyan en la sociedad. Por otro lado, la posibilidad de interrumpir un proceso inflacionario no solo depende de políticas monetarias restrictivas o del aumento de la oferta de bienes y servicios, sino también de las expectativas que se generan en los consumidores. A mayor expectativa de inflación, menor margen de las políticas económicas para su reducción.

Las autoridades económicas deben ser conscientes del escenario que tienen enfrente y diseñar políticas económicas que atiendan estos riesgos. Poner el bien común en primer lugar requiere valentía en un Estado cada vez más influenciado por los intereses particulares. Se espera de autoridades y técnicos capacidad técnica, solvencia y determinación en un momento como este.

Más contenido de esta sección
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.
Los agricultores familiares producen la mayor parte de los alimentos frescos y sanos, diversificados y culturalmente apropiados. Generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, y ayudan a las economías rurales a crecer. La agricultura familiar preserva y restaura la biodiversidad y los ecosistemas, y utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático. La agricultura familiar es fundamental para mantener la capacidad adquisitiva de los ingresos de todas las familias y para reducir la pobreza en el sector rural. Dejarla en el abandono es poner un obstáculo al crecimiento sostenible, al bienestar de los hogares y al desarrollo del país.
La violencia contra las mujeres es una preocupante realidad en el Paraguay. En este Día de la Mujer Paraguaya debemos recordar los datos de las instituciones que señalan que, pese a las leyes, los casos de violencia en el hogar y los casos de feminicidio no disminuyen. Estamos lejos de ser una sociedad que respeta y valora las capacidades de las mujeres; prueba de ello es el aumento en el último año de la violencia política. Este es un indicador del largo camino que nos falta andar para ser una sociedad verdaderamente democrática.
Las reguladas del servicio del transporte público forman parte ya de la realidad cotidiana para los pobladores de la capital, su área metropolitana y el Departamento Central. El mal servicio, no obstante, afecta a todas las ciudades y localidades del Paraguay. Este, además de la salud pública, es el servicio más ineficiente que debe padecer la ciudadanía. Las humillaciones que a diario soportan los usuarios son inaceptables. Un transporte público seguro y cómodo es un derecho que tienen los paraguayos y significa calidad de vida.