23 jun. 2025

“Esa economía mata”

“Esa economía” es la del sistema económico predominante, basado en la economía del mercado y de la especulación financiera. El sistema niega el derecho de los Estados de intervenir por el bien común, así como cualquier forma de control estatal. Y así se consolida una nueva tiranía, invisible y a menudo virtual, que impone sus leyes y sus reglas.

Esto dice el papa Francisco en su reciente mensaje Evangelii Gaudium (Alegría del Evangelio), que no cayó muy bien en los círculos financieros. Un economista relacionado con Wall Street, James Glassman, colocó en su blog una respuesta: “Es injusta la crítica a los mercados, porque son los que más han hecho para superar la pobreza”. Glassman, sin embargo, aclara que no se refería al Papa.

Probablemente, el mensaje papal tendrá mayor aceptación que el de Wall Street, porque concuerda con reivindicaciones del movimiento Ocupar Wall Street, que tiene sus pares en varias partes del mundo (Ocupar Londres, Indignados, etc.). Me parece difícil no reconocer que Evangelii Gaudium ha señalado los defectos básicos del sistema económico imperante: especulación financiera, corrupción ramificada, evasión fiscal. Son cosas que vemos todos los días en el Paraguay, y que se critican en el resto del mundo.

Hace unos días, el movimiento de Ocupar Wall Street compró la deuda de un grupo de personas comunes, mayormente deudoras de cuentas médicas: pagando 400.000 dólares, compró deudas por valor de 15.000.000 de dólares. Vale decir, pagando 37,5 veces menos que el valor nominal. Es admisible que una deuda (mejor dicho, el derecho a exigirla) pueda comprarse en el mercado; lo malo son las ganancias absurdas de los especuladores financieros.

No es necesario ir hasta Nueva York.

Un grupo de banqueros buitres exige al Paraguay 180 millones de euros a causa de un crédito fraudulento gestionado en Suiza por un estafador internacional llamado Gustavo Gramont. Gramont dijo lo pedía en nombre del Paraguay. No tenía autoridad para pedirlo, ni lo pidió el Gobierno paraguayo ni recibió un dólar del crédito, repartido entre Gramont y el banco que se lo concedió. El banco quebró, un grupo de bancos suizos compró la deuda del quebrado a precio irrisorio. Ahora la reclaman al Paraguay, más intereses, comisiones, etc., con el aval de la Justicia suiza. ¿No es tiranía financiera? ¿Cuántos pacientes se podrían atender con 180 millones de euros? Decididamente, esa economía mata.

¿Y qué se puede decir de las tarjetas de crédito, con intereses del 50% o más? Hacia 1980, se liberalizaron las tasas de interés en los círculos financieros internacionales, y la usura se volvió legal. Esta fue una de las manifestaciones del sistema financiero consolidado a partir de entonces, y criticado por el papa Francisco.