Por Rodney Schmidbauer
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Son considerados enfermos mentales. Tienen sentencias pendientes en diversas causas, aunque la ley establece que son irreprochables. En la Penitenciaría Nacional de Tacumbú existen 10 presos enajenados sin la identificación pertinente porque carecen de documentos. Ahora aparece que cuatro de ellos supuestamente ya fueron identificados, aunque las autoridades penitenciarias tampoco tienen certeza de ello. La magistrada Ana María Llanes, que intervino el pabellón siquiátrico del penal de Tacumbú, dijo que “efectivamente son una decena de NN porque carecen de documentación y de cuatro de ellos se presume ahora que tienen identificación pero tampoco hay seguridad, hay dudas de que les corresponda”.
En el penal de Tacumbú existen 43 enfermos mentales, que son los registrados, pero en realidad la cantidad doblaría aquello, teniendo en cuenta que hay enajenados no individualizados como tales.
SIN ATENCIÓN MÉDICA NI LEGAL. En la cárcel mayor del país hay situaciones dramáticas que mezcladas con su situación jurídica resultan una tragedia para lo reclusos. Es el caso de José García, derivado de Villarrica. Está hace 18 años y sin sentencia alguna, abandonado por su familia.
Otro, Fernando González Alfonso, se encuentra desde hace 10 años en la penitenciaría por el hecho punible de coacción sexual y no tiene condena. Había sido traído desde la ciudad de Coronel Oviedo. En medio de la escasa lucidez mental que le queda exclama: "¡Quiero salir de la cárcel!”. Según el padre Juan Antonio de la Vega, denunciante del hecho, el interno nunca recibió atención médica y ha empeorado.
Otra historia llamativa es la de Ricardo Duarte, también sin condena y preso desde hace siete años en el penal. Había ingresado el 4 de febrero de 1999, tiene 38 años de edad y carece de abogado. Corresponde al Juzgado de Lambaré. A gritos pidió "¡necesito un defensor, dónde está la Defensoría Pública!”.
Tomás Ibarra, interno con problemas mentales, hace 1 año y 6 meses está recluido por intento de robo. Fue presentado en cinco oportunidades para la audiencia ante el juez Hugo Camé, pero al final siempre se suspendía la citación. Quiere ser escuchado. La legislación establece que debe declarar 24 horas después de su detención, pero todavía no lo hizo, según revelaron en la penitenciaría.
Carlos Escobar, magistrado de Ejecución Penal, dijo que a la mayoría de los presos con problemas mentales se les altera la conducta en el penal. Son muchos los que ingresan con todas sus facultades, pero por la situación que atraviesan en el sitio enloquecen, dijo el magistrado. Manifestó que en su momento adoptó varias medidas de protección, estas son las tutelas, para que se les suministren medicamentos a los presos y se comprobó que en varias ocasiones no se les suministraron.
Juez dice que no deben estar presos
El magistrado de ejecución penal Carlos Escobar puntualizó que los enfermos mentales no deben estar en la cárcel porque son irreprochables. “Deben ser internados en un hospital hasta su recuperación”, dijo. “Tienen que quedar a cargo de una persona que les haga un seguimiento en cuanto a su evolución”, agregó el juez.
Añadió que “el estado de los enfermos mentales puede agravarse por la falta de un tratamiento adecuado y la medicación pertinente y necesaria”.
Resaltó que “tomando su medicación estarán mejor, pero el peligro es que se fuguen. Esto es con respecto a los reclusos que cometieron delito por su enfermedad mental”.
“El problema es cuando una persona comete el hecho punible y estando presa comienza su problema mental.
Somos conscientes de la situación y el peligro es también que si están en libertad pueden dañar a terceros. Por eso es que la Corte Suprema había emitido una acordada que ordenaba la creación de un sector siquiátrico en la penitenciaría, hasta tanto se forme un pabellón de seguridad en el Hospital Neurosiquiátrico, el cual no se dio hasta ahora por la falta de recursos, que también es una realidad”, comentó. Se había ordenado, ante la paupérrima situación en que se encontraban, un pabellón en un lugar más accesible en la cárcel donde mejoren su realidad. Ahora es más adecuado el lugar en que están respecto a donde habitaban anteriormente, dijo el juez.