“El esfuerzo de construir un museo es para tener un espacio visual e histórico, en memoria del padre Julio”, comenta el cura párroco de Ybycuí, Ignacio Espínola, mientras invita a ingresar a la antigua edificación, en cuya fachada un cartel reza: “Pa’i Julio Róga”. El sitio se encuentra en el predio de la casa parroquial que da con una de las esquinas de la parroquia San José. El horario de atención es de lunes a sábados de 08:30 a 11:00.
La iniciativa también es acompañada por el padre Julio Núñez, sacerdote argentino, hijo de paraguayos, que se encuentra actualmente como misionero en Ybycuí. “Se viene el proceso de canonización, entonces la gente va a querer conocer algo del padre Julio César. Así que esto es el comienzo”, indicó.
Colección. En el espacio habilitado se encuentra, por ejemplo, lo que fue su escritorio y una modesta silla de madera, como muestra de la vida austera que llevaba el pa’i Julio, a pesar de provenir de una familia acomodada de Caazapá.
Se podrá apreciar además copias de manuscritos de sus libros de actas, que datan desde 1934 y en los que se plasma una impecable caligrafía.
En la vidriera, bajo llave, se exhiben los utensilios para la celebración Eucarística, como l copa de cáliz, bandejas y campanas de bronce, vinajeras entre otros elementos de la época del padre Julio César.
El montaje del museo arrancó este mes. Recolectaron los objetos del padre Duarte Ortellado de distintos puntos del país, incluso de Argentina, como un antiguo retrato que donó la familia.
Desde el sector laico, la docente jubilada, Mirna Barrios, es una de las pobladoras que trabaja por la construcción del espacio en memoria del presbítero. Se encarga de recorrer por las comunidades para la recolección de los valiosos recuerdos; próximamente irá a Ciudad del Este para traer la sotana y la campera que la sobrina de 92 años, del padre Julio César, donará para el museo. Estima que ya cuentan con cerca de 30 reliquias.
Apego. Lograr reunir los elementos para el museo es también un desafío por el fuerte apego de la comunidad por estos recuerdos del padre Julio. Tal es el caso de los objetos litúrgicos que con mucha cautela eran guardados en la compañía Cordillerita segunda.
“Los encargados no querían ni que se le cuente a la gente que tenían los objetos sagrados. Entregaron recién cuando el padre Ignacio les pidió, pero todo bajo acta y vinieron a ver que están bien bajo llave”, comenta como anécdota la docente quien además está a cargo de la atención al público en el museo.
Infraestructura. Los impulsores del museo afirman estar abiertos a recibir más objetos sagrados históricos que los pobladores quieran donar para la exhibición. También a la ayuda para ir ampliando el museo, y sobre todo al asesoramiento de expertos en museología.
En cuanto a lo que respecta al mausoleo, los restos del padre Julio César están dentro de la Iglesia de Ybycuí, en el lateral izquierdo del altar. La idea del padre Espínola es abrir un ventanal que da a la calle para que la feligresía pueda acercarse en cualquier horario, sobre todo cuando la iglesia no esté con las puertas abiertas.