Por Silvana Molina
silvana@uhora.com.py
En Paraguay llueve un promedio de 1.000 mm al año.
En Mendoza caen apenas unos 200 mm en el mismo periodo. Desde siempre la escasez de agua ha sido un problema para los habitantes de esta tierra árida, al noroeste de la República Argentina.
Pero la adversidad abrió paso a la creatividad y sus habitantes crearon un sistema de canales de riego, también llamados “acequias” rurales y urbanas, aprovechando al máximo los ríos de montaña.
Plantaron muchos árboles y, gracias al riego constante y a la perseverancia, hoy Mendoza es una ciudad con mucho verde.
IRRIGACIÓN. Aun así, necesitaban un sistema que les asegurara una irrigación segura y abundante. Y fue aquí donde la construcción del dique-embalse de Potrerillos se convirtió en una solución permanente y, de paso, en una generadora de energía.
“La presa del proyecto Potrerillos se construyó con tres objetivos: el principal es el riego controlado, lo que permite ampliar la superficie cultivada; luego, el control de las avalanchas y, por último, la generación de energía”, explicó el ingeniero Jorge Navascués, de la obra.
El dique-embalse de Potrerillos es el de mayor capacidad en toda la región de Cuyo y mantiene 65 hectáreas bajo riego, además de proveer agua a cerca de 1 millón de habitantes. “Toda el agua que tomamos en Mendoza sale de aquí", indicó Navascués.
Esta obra contempló la construcción de la presa embalse Potrerillos, de una central hidroeléctrica –Cacheuta– y la ampliación y modernización de otra central ya existente –Álvarez Condarco.
El complejo actualmente tiene una capacidad instalada de 192 MW (megawatts).
La presa, de 116 metros de altura, posibilita la formación de un embalse con un volumen total de 450 Hm3 (1 Hm3 es igual a 1 millón de m3) y un espejo de agua de 1.300 has.
Las centrales Cacheuta y Álvarez Condarco generan 760 Gwh anuales, es decir un 25% del consumo de la provincia.