El papa Francisco llegó el domingo a Bratislava, tras su breve visita a Budapest, y en su primer acto en este país encontró a los líderes cristianos, a quienes pidió esfuerzos para poder tener una “Europa libre de ideologías”.
El Pontífice encontró a los miembros del Consejo ecuménico eslovaco en la Nunciatura, la Embajada del Vaticano en el país, y donde residirá estos tres días de visita, y les recordó “los años de la persecución ateísta, cuando no había libertad religiosa, o esta era duramente probada”.
En su discurso a los cristianos, que son el 80% de la población, de ellos el 62% católico, citó el relato de La leyenda del gran inquisidor, de Feodor Dostoyevski. En esta obra, el escritor se refiere a que “los hombres están dispuestos a intercambiar gustosamente su libertad por una esclavitud más cómoda, la de someterse a alguien que decida por ellos, con tal de tener pan y seguridades”. El papa Francisco, en otro momento, pidió a los líderes religiosos “que no caigan en la trampa”.
“¿Cómo podemos desear una Europa que vuelva a encontrar las propias raíces cristianas si somos nosotros los primeros desarraigados de la plena comunión? ¿Cómo podemos soñar una Europa libre de ideologías, si no somos libres para anteponer la valentía de Jesús a las necesidades de los distintos grupos de creyentes?”, les interrogó el Sumo Pontífice.
Desde el centro de Europa, el Papa aseguró que “cálculos de conveniencia, razones históricas y vínculos políticos no pueden ser obstáculos inamovibles en nuestro camino”.
El Papa continuó con el discurso de acogida al que ya se había referido tras la misa de Budapest y pidió a los cristianos que, aunque existan diferencias que los separen, “al menos podemos acoger juntos a Jesús sirviéndolo en los pobres”. Francisco, de 84 años, concluyó con este acto y una reunión con sus compañeros de la Compañía de Jesús una extenuante jornada de más de 13 horas, en la que se le ha visto en buena forma, y hoy comenzará el día con la visita de cortesía a las autoridades del país. EFE