Unos siete ferreteros de la ciudad se sienten impotentes ante la actitud de las autoridades de la INC que tardan hasta 30 días para entregar las cargas abonadas con anterioridad. “Desde el 31 de agosto está liberando cargas pagadas desde el 1 de agosto, nosotros pagamos el 10 del mismo mes por una carga, pero no nos liberan”, señaló Víctor Céspedes, representante de la firma La Unión, de Concepción.
Destacó que lamentablemente hay un fuerte componente político en la distribución, ya que existen personas que ni siquiera depósito tienen, pero reciben los productos. “Para que se den cuenta, a nosotros nos ofrecen a G. 48.000 la bolsa ahí en la fábrica, que ya viene a ser producto de reventa”, señaló Céspedes.
Indicó que una empresa grande compró el 21 de agosto una gran cantidad y que ayer (martes) ya lo liberó. “Es injusto, se monopoliza y esto viene desde hace dos meses”, agregó el comerciante.
Lamentó la situación que fomenta la empresa estatal dañando gravemente al sector productivo, ya que repercute directamente en la alicaída economía concepcionera que depende mucho de las construcciones.
ESCASEZ. Por otra parte, desde principios de agosto pasado, el mercado del cemento viene arrastrando un problema de escasez que llegó a su punto más alto luego de la parada de la cementera privada Yguazú, debido al desperfecto de su transformador.
La citada industria ya reinició su producción, pero siguen las quejas de faltante en el mercado y que la importación no pudo suplir.
En cuanto a la INC, intentamos ayer hablar con su titular, Ernesto Benítez, pero nos señalaron que estaba en constantes reuniones de trabajo. Benítez había dicho la semana pasada que el tema de la compra anticipada era una práctica de hace años que realiza la empresa y que siempre se cumplió con los distribuidores, aun cuando existan situaciones de mayor demanda, como la que se presentó en las últimas semanas.
Incluso, Benítez estimó que la escasez de portland persistirá en el mercado por lo menos durante un mes, tiempo en el cual se estarán ajustando las importaciones necesarias y se podrá cumplir con la demanda que no pudo ser abastecida mientras estuvo parada Yguazú. La falta de cemento afecta a los constructores y albañiles.
