20 ene. 2025

En el ambiente de la ciudad de Carapeguá soplan nuevos vientos

Una curtiembre da el ejemplo, adecuándose a las normas ambientales vigentes. Construyó para su planta de tratamiento y obtuvo el certificado de “industria en el camino de la producción más limpia y competitiva del país”.

Por Carlos Oviedo
CARAPEGUÁ

Carapegüeños de varias generaciones ya están acostumbrados a escuchar decir a los pasajeros de algún vehículo que “hasta el ciego se da cuenta cuando pasa por Carapeguá”.
Esta frase popular, que sigue tan vigente, fue acuñada en épocas en que un mendigo, a quien se conocía como “Tito Karê”, no vidente e impedido físico, subía a los ómnibus y tocaba un clarinete ida y vuelta hasta Paraguarí a cambio de algunas monedas de los pasajeros.
Con el paso del tiempo, la frase hace honor pero a otra circunstancia. Al olor nauseabundo originado por las curtiembres, mataderías, fábricas de embutidos y las innumerables casas que depositan sus efluentes domiciliarios, incluso pozos ciegos, al arroyo Capilla, que cruza por la zona céntrica de la ciudad.
Hoy con la multiplicación de industrias similares y la utilización de productos químicos de mayor poder nocivo para la salud, el olor nauseabundo aumentó llegando hasta las compañías del distrito.
Cuando las condiciones de vida de los lugareños ya eran insostenibles, la Iglesia Católica encabezó una manifestación popular el 31 de marzo del 2006, obligando a la Secretaría del Ambiente a intervenir en el caso y cerrar temporalmente 12 de las 23 curtiembres ilegales existentes en la zona urbana de esta ciudad del Departamento de Paraguarí.
Sin embargo, hoy soplan nuevos vientos. Tres son las industrias que mediante importantes inversiones construyeron sus plantas de tratamiento de efluentes, para diferenciarse de las demás que siguen contaminando los cauces hídricos y el ambiente.
La curtiembre Lezcano es una de ellas. Invirtió más de 200.000 dólares para ponerse acorde a las exigencias de la Secretaría del Ambiente (Seam), institución que le otorgó la licencia correspondiente para seguir operando sin contaminar el ambiente.
También la Mesa Nacional de Producción Más Limpia del Paraguay la premió con el certificado de “industria en el camino de la producción más limpia y por el aporte al desarrollo industrial sostenible y competitivo del país”. El reconocimiento fue firmado por Gustavo Volpe, titular de la Unión Industrial Paraguaya (UIP); Alfredo Molinas, ministro de la Seam; y José María Ibáñez, ministro de Industria y Comercio.

“Vivimos acá y decidimos ponernos al día”

“La inversión no fue en vano. Aquí está el sacrificio de toda una vida, nosotros vivimos en esta ciudad, tenemos nuestras familias, vecinos y amigos y ya que disponemos de recursos para hacerlo, nos pusimos al día”, indicó Pastor Lezcano, propietario del complejo industrial.
Según el empresario, con la nueva planta incluso podrán ahorrar dinero, “porque los desechos industriales procesados en la planta son reutilizados en la misma fábrica y las pérdidas son mínimas”.
Agregó que como dueño de uno de los más grandes establecimientos dedicados al rubro, constantemente eran reprochados como los principales responsables de la contaminación en Carapeguá. Ahora incluso podrán realizar el trabajo a las industrias más pequeñas que no pueden construir sus propias plantas.
Lezcano también dijo que para completar el 100 por ciento de la planta prevista tropieza con la escasez de cemento. Por otro lado, la falta de materia prima es una de las dificultades de la no utilización de toda la capacidad productiva de la fábrica.