El encuentro en Luque paralizó corazones, tanto para los hinchas auriazules como los de las Águilas; ambos jugaron como una verdadera final y se entregaron por completo.
Luqueño presionó en todo el partido y se jugó por la victoria con un Rodrigo López que jugó con las energías de un joven de 22 años, pero con la cabeza fría y madurez que solo se consigue con la edad.
Sus dos goles, a los 8 y 29 minutos, le dieron tranquilidad a Luqueño, que con un 2-0 veía cómo se acercaba a un torneo internacional. Pero todo se desmoronó en dos minutos. Un centro que se convirtió en un golazo al ángulo de Bernal, a los 43 minutos, y un certero cabezazo de Bareiro a los 44 dejaron frío al estadio.
La segunda etapa fue de ida y vuelta, sin marca en el mediocampo que permitió emociones en ambas áreas, que fueron contenidas por los porteros Joel Silva y Bernardo Medina.
Pero fue Luqueño el que más oportunidades tuvo de ganarlo con jugadas clarisimas en el área chica.
Se cuenta el cabezazo flotado de Diego Ciz que Medina sacó con la punta de los dedos de ser un golazo, a los 42. Luego, a los 46, un remate de López a quemarropa que desactivó el portero del General.
Y la más clara fue un remate de Denis Caniza, convertido en un nueve de área con los ataques, que sacó de la línea Antonio Bareiro a los 47 minutos.