21 jun. 2025

Emigrar es la válvula de escape para el desempleo en Paraguay

Para generar mayor cantidad de puestos de trabajo el Estado debe crear las condiciones para que el sector privado invierta, dicen los analistas. Pero la salida es más un problema social que económico.

Los números fríos demuestran que la creación de empleos en el Paraguay no logra satisfacer la demanda, por lo que decenas de miles de compatriotas han tenido que abandonar el país en busca de alguna oportunidad.
Según los datos proporcionados por la Dirección de Identificaciones, en los últimos 15 meses se han expedido alrededor de 110.000 pasaportes y aunque el destino de los solicitantes y el motivo por el que viajan no se consignan, por la tendencia actual se puede afirmar que casi la totalidad tiene la intención de ir al exterior en busca de trabajo.
Además, otras 85.000 personas han abandonado el país a través de Puerto Falcón con destino a la Argentina, también presumiblemente en busca de una ocupación rentable que en el país no pueden conseguir.
En la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) se ve que desde 2002 la tasa de desempleo total ha ido disminuyendo de 16,4% a 9,4% en 2005, pero en contrapartida las estimaciones sobre la cantidad de personas que se incorporan al mercado laboral cada año oscilan entre 60.000 y 100.000, dependiendo de las fuentes.

RESPONSABILIDAD. La economía paraguaya genera anualmente entre 20.000 y 30.000 fuentes de trabajo y los expertos consultados sostienen que parte de la responsabilidad de la falta de empleo es del Estado, que es el que debe crear las condiciones para que el sector privado invierta y genere actividades y requerimiento de mano de obra.
El economista Manuel Ferreira Brusquetti, de Desarrollo en Democracia, dice que por el lado del gobierno hacen falta políticas que generen inversión en sectores intensivos en mano de obra como la construcción y la confección.
“Estas actividades emplean a mucha gente y sobre todo a la que tiene bajo nivel de calificación, que es el tipo de trabajador que abunda en el país; para eso el Estado debería tener políticas que reducen el miedo del sector privado a invertir”, agrega.
Explica que estas políticas se denominan de socialización de riesgo y que se aplican cuando se quiere orientar hacia cierto sector la absorción de mano de obra.
Un ejemplo de esto es que el sector oficial ofrezca incentivos en el tipo de cambio a quien va a importar una maquinaria que será utilizada en el procesamiento de materia prima. “Si el Estado no se mete, el empresario va a invertir siempre en donde perciba menos riesgo y mayor retorno”, aclara Ferreira Brusquetti.
¿Pero cuál es la consecuencia de la emigración de paraguayos? Para Ferreira Brusquetti el impacto negativo es más social que económico.
“La salida de mano de obra lo que hace es disminuir la presión que existe sobre la economía para fabricar mayor cantidad de empleo. Esto en el corto plazo es positivo porque hace que haya mayor capacidad de empleo, reduce artificialmente la tasa de desempleo”, señala.
El experto opina que en el mediano plazo podrían aparecer aspectos negativos, aunque reconoce que en el plano económico no hay muchos.
“Pero que la economía no pueda emplear a la gente sí tiene una carga social importante”, asegura, y añade que un perjuicio cuya existencia no ha sido probada es la eventual reducción de la productividad en el país.

Tasas de desempleo total (%) por años según área de residencia. Periodo 2000 - 2005.

Área de residencia 2000-1 2002 2003 2004 2005

Urbana 17,0 20,0 15,6 13,0 11,3
Rural 13,2 11,6 9,5 8,2 6,7
Total 15,3 16,4 13,0 10,9 9,4

Fuente: STP/DGEEC. EHP, 2005