Desde el rand sudafricano al peso argentino, pasando por el real brasileño o el rublo ruso, la mayoría de las divisas emergentes se hunden desde hace una semana por el desplome de la lira turca, prueba de la vulnerabilidad de estas economías muy dependientes de los capitales extranjeros.
La crisis entre Washington y Ankara, primero política –por el desacuerdo sobre la suerte de un pastor estadounidense juzgado en Turquía por “terrorismo” y “espionaje”–, se extendió rápidamente al terreno económico.
Las sanciones, como duplicar las tasas aduaneras estadounidenses al acero y aluminio turcos, se sucedieron a las declaraciones diplomáticas amenazantes, poniendo nerviosos a los mercados mundiales. Aunque la lira turca, que perdió un 19% frente al dólar en la jornada del viernes, está en primera línea, otras divisas emergentes entraron en la tormenta. En una semana, el rand sudafricano y el rublo ruso perdieron un 8% ante el dólar, alcanzando ambos su nivel más bajo, ayer lunes por la mañana, desde hace dos años. La misma tendencia que siguió el real brasileño (-4%) y el peso argentino, que cedió casi un 6% desde el lunes pasado. AFP