El mismo día en que Fernando Lugo renunció a la vida consagrada, recibió la admonición canónica. El pasado jueves entregó la carta para el papa Benedicto XVI al nuncio apostólico, Orlando Antonini, y recibió de manos de este el documento enviado por el cardenal Giovanni Batista Re, jefe de la Congregación de Obispos, la amonestación enviada desde la Santa Sede.
Todavía no se conoce una respuesta oficial del Vaticano a la renuncia de Lugo, pero la admonición enviada por el cardenal Re habla claramente de que, de seguir por el camino de la política, sería sancionado con la suspensión de su ejercicio pastoral.
La carta del Vaticano está fechada el 20 de diciembre y llegó al día siguiente, en coincidencia con la fecha en que Lugo se presentó a la Nunciatura para renunciar.
Monseñor Ignacio Gogorza explicó que el envío de la admonición es un primer paso que normalmente realiza el Vaticano para estos casos como los de Lugo.