16 feb. 2025

El valor del nuevo barrio San Francisco

Esta semana se inició la mudanza de familias de la Chacarita al nuevo barrio San Francisco, en la zona de Zeballos Cué. Para Navidad estarían instaladas unas 90 de las 1.000 beneficiadas con el proyecto modelo. Si bien esta semana está marcada por el tufo de la política partidaria y las tensiones del ambiente electoral, y que pueden llevar a una natural autocensura de los medios de prensa con respecto a ciertos temas sensibles, es válido y necesario –no obstante– reconocer un hecho social positivo de esta magnitud. No podemos estar siempre condicionados por el temor de ser calificados de pro fulano o antifulano. Es un desafío.

Aquí hablamos de un proyecto que saca de una zona inundable y un ambiente de extrema pobreza, real y constatable –con viviendas de madera, cartón, bolsas de plástico y chapas– a unas 5.000 personas de manera directa, brindándoles una casa y entorno vecinal dignos, a un costo menor a los G. 150.000 mensuales. Según datos de la Senavitat, cerca del 60 por ciento de las personas beneficiadas son madres solteras que viven en la precariedad en compañía de sus hijos. Son niños, adultos y ancianos cuyas vidas sufrirán un cambio radical; no es poca cosa para cada uno de ellos, y los testimonios lo revelan.

Pero hay que tener claro que la situación de pobreza no se supera solo con la entrega de viviendas. Por ello, además de fuentes de empleo, el barrio San Francisco también requiere de un serio y efectivo proceso de capacitación y formación familiar, que se ejecute entre los vecinos apuntando al desarrollo de la autoestima, la educación cívica, la administración doméstica, el emprendedurismo, entre otros temas.

Y este proyecto, que incluye escuela, guardería, centro de salud y, a futuro, un pequeño parque industrial, tiene también el valor de exponer a la opinión pública la necesidad y la posibilidad de emprendimientos de este tipo, evitando argumentos simplistas como el de “esos son todos haraganes”, y así evadir la pregunta o la responsabilidad. Los Bañados en la capital son puntos que necesitan ser tomados en serio, con medidas integrales y no parches. La cuestión es plantear proyectos concretos que sólo se vuelven viables con voluntad y apoyo de políticos e instituciones afectadas.

Por ello, más allá de las críticas o cuestionamientos que pueda tener este barrio para damnificados, se trata un modelo que debería seguir cualquier gobierno, sea cual sea el color o la bandera que tenga. Es un emprendimiento que necesita replicarse, pues responde a realidades y necesidades concretas, y eso tiene su valor y debe reconocerse.