25 abr. 2024

El territorio de la Gente del Lugar del Pecarí

En las últimas semanas se ha conocido de la gran deforestación en una superficie que los Ayoreo Totobiegosode han conservado en el Chaco por centurias, montes vírgenes, a manos de una empresa brasileña.

campesinos chaco

Dra. Isabel Basualdo

Consultora

Los Ayoreo Totobiegosode (o la Gente del Lugar del Pecarí), de la familia lingüística Zamuco, son actualmente protagonistas de una iniciativa que relaciona derechos indígenas y conservación ambiental en el Departamento del Alto Paraguay, Región del Chaco, territorio tradicionalmente habitado por otros grupos humanos de filiación lingüística Mataco, Guaicurú, Maskoy y Guaraní Occidental. En las últimas semanas se ha conocido de la gran deforestación en una superficie que los Ayoreo Totobiegosode han conservado por centurias, montes vírgenes -de reciente dominio de la empresa brasileña Yaguareté Porá SA-, en los que habitan sus parientes silvícolas, sin contacto con la sociedad envolvente.

El Chaco paraguayo es parte del Gran Chaco Americano, que cuenta con una extensión de más 1.000.000 de km², distribuida en parte de Argentina, Bolivia y Brasil. Un 25,4% corresponde a la Región Occidental del Paraguay, área significativa para la biodiversidad en sistemas ecológicos terrestres y acuáticos; de aves, anfibios y reptiles; de mamíferos y de especies y comunidades vegetales, que forman doce Biomas en las tres subregiones naturales de esta región.

En la convergencia de los Biomas 4 “Punta Riel”, 5 “Fortín Torres” y 6 “Alto Paraguay”, se localiza el área del Patrimonio Natural y Cultural Ayoreo Totobiegosode, parte del hábitat ancestral de este grupo, que cuenta con miembros que permanecen viviendo sin contacto con la sociedad nacional. La superficie pertenece a la Ecorregión Latinoamérica y el Caribe, categorizada como Chaco Húmedo, de importancia nacional para la conservación (Dirnestei, 1995), y considerada como Provincia Gran Chaco Americano (Provincias Biogeográficas, Udvardi, 1975).

La conservación de la biodiversidad de un patrimonio indígena

En 1993 los Ayoreo Totobiegosode definieron y delimitaron unas 550.000 ha. en el Alto Paraguay, parte de su territorio ancestral de 2,8 millones de hectáreas, y promovieron trámites jurídico-administrativos ante el Estado paraguayo, para legalizar la superficie precisada. Varios argumentos fundamentaron la solicitud, siendo el principal la protección de los bosques de la destrucción sistemática ya iniciada en el entorno, entre otros. En la demarcación territorial tuvieron en cuenta: la integridad de la diversidad ecológica existente; los sitios históricos frecuentados por el grupo de la selva; el manejo del territorio según rasgos ambientales y modalidades culturales; zonas para la cacería y colecta de bienes; tierras aptas para la agricultura; ríos y aguadas; red de caminos tradicionalmente utilizados y el manejo extensivo del área que permita la recuperación de la naturaleza en el sequere (tiempo de lluvias / época de cultivos) y en el esoi (tiempo seco / época de cacería y recolección).

Las principales normativas vigentes y convenios internacionales firmados por el Paraguay, como la Constitución Nacional, el Convenio 169 de la OIT y la Ley 904/81 “Estatuto de las Comunidades Indígenas”, entre otros, constituyeron la base jurídica de la reivindicación de los Ayoreo Totobiegosode. El gobierno regional declaró “De Interés Departamental” el Plan Integral de Preservación del Patrimonio Natural y Cultural Ayoreo Totobiegosode (Distrito de la Victoria - Puerto Casado, Departamento del Alto Paraguay). Posteriormente, la superficie se incorporó a la Reserva de Biosfera Chaco - Paraguay y al Plan de Ordenamiento Ambiental Territorial (POAT) de los Departamentos de Boquerón y Alto Paraguay. A la fecha, más de 100.000 ha. de tierras están tituladas y sus bosques protegidos, en tanto otras fracciones se encuentran en proceso de regularización. Las tierras de dominio legal indígena albergan a las comunidades Totobiegosode establecidas en los sitios históricos Arocojnadi (1997), Chaidí (2004) y Tie (2006). En Chaidi se produjo, en el mes de marzo de 2004, el reencuentro con los Areguedeurasade (familia extensa de Areguede), familiares que se hallaban en aislamiento en la zona.

La situación actual y los desafíos

De esa pequeña parte de su territorio tramitada desde 1993, los Ayoreo Totobiegosode priorizan actualmente la consolidación de la superficie del Núcleo de la Zona Sur de su Patrimonio, zona con bosques continuos, rica en biodiversidad de sistemas ecológicos, de especies de flora y fauna, y área de desplazamiento de los Jonoinerausade (familia extensa de Jonoine), últimos parientes sin contacto con la sociedad no indígena.

Hasta los primeros meses de 2008 consiguieron resguardar los bosques del Núcleo de la Zona Sur. Una fracción aún pendiente de legalización es la Finca N.º 13.122 , de 78.549 ha., adquirida en el 2002 por empresarios brasileños, a pesar de la vigencia de medidas cautelares de prohibición de innovar e inscripción de litis. Esta superficie, bajo titularidad de dominio de la firma Yaguareté Porá SA, está actualmente sometida a una alarmante deforestación. La gente Totobiegosode urge la cautela de por lo menos 40.000 ha. de bosques lindantes con sus tierras ya legalizadas, de modo a conformar una superficie continua de conservación. La finca posee 58 sitios históricos relevados: 11 guiday (pueblos) y 47 degui (campamentos), cuyo conjunto recibe el nombre de Cuguedodie (donde abundan plantaciones de poroto), relevante sitio del hábitat ancestral. Esta franja, inscripta en el Bioma 5 “Fortín Torres”, cuenta con humedales de ecosistemas regionales y transfronterizos. El río Melo, afluente del río Paraguay, la atraviesa longitudinalmente en dirección Oeste a Este. El lugar posee comunidades terrestres palustres, flora y fauna con endemismos y especies amenazadas.

El uso humano diferenciado y extensivo utilizado por los Totobiegosode enfrenta hoy a este modelo de uso intensivo y depredatorio practicado en la Finca Yaguareté Porá SA. La intervención de gran desmonte que se efectúa en el área generará impactos de orden socioambiental y jurídico-administrativo, como:

-Pérdida de biodiversidad genética, de especies, de ecosistemas y de diversidad cultural;

-Alteración del régimen hidrológico, corte de flujo y modificación de la dinámica del agua (río Melo). Deforestación y extracción sin considerar parámetros de sustentabilidad;

-Fragmentación, degradación del hábitat y pérdida de funcionalidad de sistemas ecológicos. Transformación del suelo, erosión y salinización. Cambios climáticos locales y regionales;

-Contradicciones con los principios, fundamentos y objetivos de la Política Ambiental Nacional (PAN) del Paraguay; la Estrategia de la Reserva de la Biosfera del Chaco - Paraguay y con lo dispuesto en el Plan de Ordenamiento Ambiental Territorial (POAT) del Departamento del Alto Paraguay.

Con estas reflexiones, además de señalar que el ejercicio de los derechos colectivos ambientales, culturales y territoriales de los Ayoreo Totobiegosode está garantizado en la Ley Nacional y Convenios Internacionales ratificados por la República del Paraguay, deseamos relevar que el Patrimonio Totobiegosode constituye por naturaleza una Unidad de Conservación de Hecho. El conocimiento y la praxis de los pueblos indígenas en el manejo de sus territorios ancestrales, permiten asegurar el potencial de los recursos naturales y culturales de la biodiversidad a generaciones futuras. Corresponde integrar este proceso a otras iniciativas ambientales públicas, donde se pueda garantizar la vida de la Gente del Lugar del Pecarí, grupo humano aliado a la conservación en la Región del Chaco Paraguayo y del Gran Chaco Sudamericano.

* Publicado en la sección Correo Semanal del diario impreso.

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