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Pitogüé leyenda guaraní para oboe solo se titula la composición del maestro Diego Sánchez Haase que se estrena hoy, en el Auditorio del Instituto Cervantes de Atenas, Grecia. Mañana, otra obra suya sonará por primera vez en Nueva York (EEUU).
“Es –como su nombre lo dice– una pieza para oboe solo, inspirada en el poema Don Juan Pitogüé, del poeta guaireño Modesto Escobar Aquino.
Es la primera vez que una obra de Sánchez Haase se escuchará en Grecia, en el Instituto Cervantes de Atenas. “Es un paso de suma importancia para mi carrera, y creo también que lo es para la música erudita contemporánea del Paraguay, que llega así a centros mundiales de gran preponderancia, y se integra al movimiento universal de la música de vanguardia”, sostiene el guaireño, quien partió ayer rumbo a Nueva York. Considera que, si bien son varios los instrumentistas paraguayos que llegan a los centros musicales mundiales, son todavía pocos los que tienen la oportunidad de dar a conocer sus obras en esos grandes centros. “Por eso me siento sumamente feliz de tener esa oportunidad, y de portar bien en alto la bandera del Paraguay”, dice Sánchez Haase.
Al referirse a su composición, explica que el oboe, que tiene una riqueza tímbrica muy interesante, imita de forma variada el canto del pitogüé, ya sea a través de los recursos sonoros habituales del instrumento, como así también a través de multifónicos, glissandi, y otros recursos.
El oboísta chileno José Luis Urquieta, quien solicitó la composición, es el encargado de interpretar la pieza, que es atonal, y cuyo discurso melódico alterna pasajes homofónicos con breves polifonías, según explica el maestro.
En nueva York. Mañana en la iglesia del Bendito Sacramento de Nueva York se realizará el estreno mundial de otra obra de Sánchez Haase. Se trata de Sonata paraguaya, para orquesta de cuerdas, pieza en la que el compositor trata de explotar al máximo los recursos de una orquesta de cuerdas de gran porte, con 10 primeros violines, 10 segundos violines, 6 violas, 4 violoncellos y 3 contrabajos. “En esta pieza utilizo también –dentro del lenguaje armónico atonal– un contrapunto muy elaborado, y varios pasajes concertantes, que contienen difíciles solos de violín, viola y hasta de contrabajo”, dice el director de la Orquesta del Congreso Nacional, que se siente cómodo con el lenguaje sonoro de ambas piezas, porque le permiten expresarse con absoluta libertad.
La Sonata paraguaya combina el ritmo de la polca con los elementos de la música contemporánea. “Como es una orquesta extranjera la que se encarga del estreno mundial, he tratado de lograr una escritura que aproxime al máximo la música escrita al aire popular de la polca paraguaya, lo cual es muy difícil de lograr con músicos extranjeros”, sostiene el guaireño, que ya estrenó una obra en Nueva York en 2013, se trata de Variaciones sobre un tema paraguayo.
Ahora solo le falta estrenar en África para llegar a los cinco continentes, un último paso que está por cumplirse, ya que el 2 de junio Sonata paraguaya se escuchará en Marruecos.