21 jun. 2025

EL ROSTRO HUMILDE DEL CONTRABANDO

Cartas desde el Este

Sábado|15|NOVIEMBRE|2008

andres@uhora.com.py

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Desgarra el corazón ver a la señora Angélica Fernández llorar a los gritos en la zona primaria del Puente de la Amistad, cuando los inspectores del Detave (Dirección Técnica de Verificación Aduanera) les decomisan las 20 gallinas vivas que traía a bordo de una furgoneta desde Foz de Yguazú, Brasil, junto a varias otras mercaderías de otros paseros.

Angélica solloza y reclama ante las cámaras de televisión que es víctima de una despiadada persecución contra los humildes paseros que solo traen mercaderías para su consumo, y echa la culpa a los periodistas que se pasan denunciando al “contrabando hormiga”, sin ver a los enormes camiones que presuntamente cruzan el puente a la noche con cargas ilegales de valor millonario.

El efecto mediático es contundente. La ciudadanía se solidariza con los “trabajadores” perseguidos y los aduaneros se cruzan de brazos ante la superioridad numérica de la turba que recupera a la fuerza las mercaderías decomisadas. El administrador de Aduanas de Ciudad del Este, Miguel Ángel Valdovinos, con un discurso más de político en campaña que de funcionario fiscal, promete a los paseros: “Mientras el Gobierno no les ofrezca alternativas laborales, nosotros no podemos impedir que ustedes sigan trabajando. Ustedes tienen derecho a trabajar y mantener a sus familias. ¡Señores, vayan a trabajar!”.

De los 30 funcionarios del Detave que el miércoles a la noche llegaron de Asunción con órdenes de “no dejar pasar ni una aguja de contrabando”, solo quedan dos inspectores que miran pasar las furgonetas como quien ve caer la lluvia. Total, es solo “contrabando hormiga”.

Pero es cuestión de hacer números para ver que la hormiga no es tan hormiga. Entre 200 a 300 combis o furgonetas operan diariamente en la frontera Este, en un promedio de 4 viajes al día, trayendo cada una cerca de 50 cajas o bolsas de pollos, aceite, azúcar, frutas, verduras, ropas y calzados. ¡Son más de 40.000 volúmenes de mercaderías de contrabando que ingresan diariamente!

Es la estrategia de los grandes contrabandistas: usar a personas humildes y presentar el tráfico ilegal como una necesidad social, para disfrazar el incesante ir y venir de la combis con las mercaderías brasileñas que inundan el mercado paraguayo con ventajosos precios contrabandeados, asestando un duro golpe a las pocas, heroicas y sobrevivientes industrias paraguayas, dejando a cientos de obreros en la calle.

Es cierto: no hay alternativas laborales para los humildes paseros. Pero mientras se permita este incesante contrabando, resultará más difícil aún crear dichas alternativas, cuando se está matando a un importante sector del comercio y de la industria nacional.