19 abr. 2024

El PGN 2022 no augura cambios radicales en las políticas públicas

La propuesta de Presupuesto General de la Nación (PGN) que está casi lista para aprobarse no muestra cambios importantes ni medidas relevantes que den alguna sensación de que no vamos a volver a la normalidad anterior. Apenas se han logrado mantener algunos fondos importantes en educación y ciencia y tecnología, que incluso corrieron riesgo de perderse para financiar el prebendarismo político. En este contexto, enfrentamos la amenaza de mantener condiciones que nos llevaron a sufrir los efectos de la pandemia de la peor manera posible: altos niveles de mortalidad, pérdida de ingreso y endeudamiento de hogares, empobrecimiento de las familias, con uno de los costos más altos de la región en deuda pública. Las autoridades fiscales y el Parlamento deben tomar nota del deterioro económico, social y político y empezar a pensar en una política fiscal para la gente.

El proceso de negociación del Presupuesto en el Parlamento fue uno de los más controvertidos de los últimos años. En plena pandemia, con una amplia proporción de hogares sufriendo efectos de largo plazo, un grupo de supuestos “representantes” de la ciudadanía tomaron decisiones que afectarían desproporcionadamente a estos mismos hogares.

Primero pusieron en riesgo el financiamiento de funciones estatales que ya tienen bajo nivel de inversión, como la salud, la educación y la investigación. En los últimos días se autoasignaron cupos de combustibles. En los dos casos, el destino de los recursos es alimentar el esquema prebendario clientelar ante un temprano inicio de la campaña electoral para el 2023.

Las principales luchas salariales se dieron entre docentes, personal de blanco y la burocracia administrativa. Los docentes reivindicaban acuerdos anteriores mientras que el personal médico hacía referencia a su rol en la pandemia y a una equiparación salarial. Increíblemente, frente a estos argumentos racionalmente atendibles, se contrapusieron las demandas de algunos sectores de la burocracia de dudosa legitimidad por la mala percepción que tiene la ciudadanía de su gestión. Es indiscutible la deuda con respecto a la educación y la salud y, aun así, primaron criterios político-partidarios a la hora de argumentar el voto a favor o en contra de las reivindicaciones salariales.

No se avizora una política fiscal prometedora para el año 2022. El proyecto no permitirá poner al país en una trayectoria firme hacia el desarrollo y el bienestar. No se abordaron aspectos claves como la necesidad de aumentar la eficiencia en las contrataciones públicas, sobre todo en las grandes obras de infraestructura.

Tampoco hay cambios en los necesarios vínculos entre la gestión por resultados y el sistema de incentivos salariales. Así como está el presupuesto de servicios personales, no existen mecanismos para diferenciar las remuneraciones entre funcionarios cuyo trabajo repercute positivamente en la ciudadanía y otros que muestran un desempeño mediocre. Al contrario, se mantiene un sistema de remuneraciones cargado de privilegios para un sector del servicio civil, mientras que otros muestran altos niveles de precarización.

De más está señalar que el Presupuesto mantiene la estructura de financiamiento intacta, en la que los sectores de menores ingresos y más vulnerables cargan inequitativamente con el peso de una estructura tributaria basada en impuestos indirectos. Ahora se agrega el impacto de los compromisos de la deuda que son financiados con la reducción de recursos en áreas claves para la gente o con una mayor presión sobre los impuestos indirectos.

El statu quo presupuestario terminará afectando negativamente a un sector de la población, mientras que los eternos privilegiados de nuestro país seguirán disfrutando en una burbuja de bienestar. El malestar ciudadano está creciendo, lo que puede poner en riesgo la posibilidad de un crecimiento a largo plazo y la democracia, con lo cual perdemos todos. Las autoridades fiscales y el Parlamento deben tomar nota del deterioro económico, social y político y empezar a pensar en una política fiscal para la gente.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.