El arzobispo emérito de Tucumán visitó nuestro país, enviado especialmente por el Santo Padre para acompañar la celebración del 50 aniversario de la diócesis de Caacupé, y en ese marco tuvo a su cargo la homilía de la misa central de la festividad de la Virgen Serrana.
“Hay que entender qué es lo que quiere cambiar (Francisco), porque el Papa no va a cambiar la doctrina, eso es fundamental. Quizá lo que está dando es un estilo, un modo de vida y de ejercer el ministerio distinto, pero debe quedar claro que el Papa no va a cambiar o reformar la doctrina, eso ni pensarlo. La doctrina la dejó Jesucristo y está el Magisterio”, remarcó el cardenal.
Al respecto, el religioso, nacido en Buenos Aires y ordenado cardenal en 2015, insistió en que Francisco tiene “un estilo más cercano a la gente, más sencillo, que impresiona”, y que “en ese sentido también uno puede decir que ha producido un cambio” en la Iglesia.
Desafíos. En torno a los retos que tiene la Iglesia en América Latina, el cardenal, recordado en Argentina por incomodar con sus homilías a los Kirchner (Néstor y Cristina) en los años en que le tocó presidir el Tedeum del 9 de julio, indicó que ella tendrá siempre un solo desafío que es el de anunciar a Jesucristo, porque es el que puede cambiar la vida personal, y entonces también la sociedad.
“El desafío de la Iglesia será siempre el anunciar a Jesucristo; esa es nuestra misión, porque el hombre no se realiza sin Él. Es un llamado a vivir conforme a nuestra fe, y eso nos cambia el corazón y nosotros tenemos que cambiar después la sociedad”, explicó el purpurado.
Agregó que la Iglesia propone una fe que se encarne y promocione al hombre, y lo haga “más humano”.
Al respecto recordó que el papa Francisco siempre habla de la realidad y no de una fe abstracta. “Claro que lo hace permanentemente, porque anunciar el Evangelio es bajarlo y aplicarlo a la realidad de cada día. No es algo abstracto, la fe se vive con obras, tiene que condicionar tu vida; no es rezar un credo, es vivir conforme esa fe, en tu vida personal, familiar, social, en el trabajo”, insistió.
Mensaje. Monseñor Villalba afirmó que vino a traer al Paraguay un mensaje de esperanza, sobre todo para los jóvenes que muchas veces no tienen trabajo ni pueden estudiar.
Remarcó que es siempre preferible –como lo señala Francisco– tener una Iglesia “herida y lastimada por salir, antes que una que perezca por estar cómoda y encerrada”. “La Iglesia en Paraguay es una que tiene una gran tradición misionera, por eso decía que sigan en esta línea”, apuntó.
“Tenemos que seguir anunciando la buena noticia al hombre de hoy, que a veces busca la felicidad, el sentido de su vida de tantas maneras y no la encuentra; en el dinero, la fama, el poder, la droga, pero solamente Cristo es el que llena el corazón”, finalizó.