En la homilía, el Papa se refirió a los Magos que llegaron a Jerusalén desde Oriente guiados por la estrella y que, cuando llegaron a la ciudad santa, “en vez de ver reflejada la luz de la estrella”, experimentaron “la resistencia de las fuerzas oscuras del mundo”.
“Incluso en nuestro camino hacia la unidad podemos estancarnos por la misma razón que paralizó a aquella gente: La conmoción, el miedo. Es el temor a la novedad, que sacude los hábitos y las seguridades adquiridas; es el miedo a que el otro desestabilice mis tradiciones y mis esquemas consolidados”. “No temamos anteponer al hermano a nuestros miedos, porque el Señor quiere que confiemos los unos en los otros y que caminemos juntos, a pesar de nuestras debilidades y nuestros pecados, a pesar de los errores del pasado y las heridas recíprocas”, expresó.
La semana de oración por la unidad de los cristianos ha estado centrada en el tema: “En Oriente vimos aparecer su estrella y hemos venido aquí a honrarle”. El Papa pidió no dejarse “deslumbrar por los resplandores del mundo, esplendentes pero fugaces”. EFE