El anuncio de la creación de esta comisión pretende continuar con el camino emprendido por el hoy papa emérito, Benedicto XVI, cuyo pontificado estuvo salpicado por casos de abusos a menores de edad, aunque en múltiples ocasiones pidió tolerancia cero contra los clérigos pederastas.
El primer síntoma de que Francisco iba a abordar con rotundidad este tipo de delitos se produjo el 11 de julio cuando emitió un “motu proprio” (documento papal) que, entre otras medidas, definía con mayor claridad este tipo de delitos contra menores, entre ellos la pornografía infantil y el abuso de menores.
La continuación de ese cambio en el modus operandi de la Iglesia en relación con los casos de pederastia llegó con el anuncio de la creación de esta comisión, cuya composición y competencias serán especificadas por el papa, que en los próximos días emitirá un comunicado. La Santa Sede tiene como objetivo crear una red mundial que permita detectar, denunciar y detener este tipo de delitos. En primer lugar, esta comisión tendrá la tarea de informar al Papa sobre el estado actual de los programas de protección de la infancia del Vaticano. Tendrá, además, que sugerir nuevas iniciativas para combatir los casos de pederastia, unas propuestas que surgirán de la propia curia que se beneficiará de una red formada por obispos, superiores religiosos y Conferencias Episcopales de todo el mundo.
En el plano ejecutivo, la comisión tendrá que buscar y proponer personas idóneas para llevar a cabo, a su vez, estas iniciativas. La idea de la creación de este órgano que abanderará la lucha contra la pederastia surgió en la penúltima sesión de la segunda ronda de reuniones de este G8 vaticano, el consejo cardenalicio que pretende reformar la Curia.