08/04/2007
Johnson se alejó de Woods y el resto del pelotón con tres birdies en una serie crucial de cuatro hoyos durante los últimos nueve en Augusta y firmó tarjeta de 69 golpes para una ventaja de dos y la segunda victoria de su carrera.
El único jugador latino que pasó de la segunda ronda, el argentino Ángel Cabrera, terminó junto con otros cinco jugadores en el 13º lugar. Cabrera hizo 71 golpes para un total de 302, 14 sobre par.
Johnson, de 31 años, es el ganador del Masters menos habilidoso desde que Larry Mize con un golpe de suerte venció a Greg Norman en un desempate hace 20 años, pero en este triunfo no intervino el azar.
Cuando la última ronda se volvía emocionante, Johnson conservaba la calma. Y no había nada que Woods pudiera hacer al respecto.
“Esto es muy surrealista, muy, muy surrealista”, dijo Johnson, que no ganaba un torneo del tour desde 2004. “No creí que sucedería este año, pero no sabía”.
Woods parecía el ganador seguro cuando tomó la delantera con un birdie en el segundo hoyo, pero este major no fue como tantos otros.
Johnson y otros tres jugadores se lanzaron en su persecución y fue Woods quien perdió posiciones al cometer errores: un palo roto, golpes que iban a parar al lago o a la arena, demasiados putts que no caían en el hoyo.
Era la tercera vez que Woods perdía la delantera en la última ronda de un major y la primera vez que no lograba recuperarla.
Johnson terminó con 289 golpes, uno sobre par, igualando el récord del marcador ganador más alto, vigente desde 1956.
En la semana primó un clima extraordinariamente seco, más bogeys que birdies, el prado cubierto de escarcha por la mañana y un espectáculo inusitado: el de Woods dirigiéndose al hoyo 18 sin nadie detrás y sin un trofeo esperándole al final.
Terminó con 72 y empatado en el segundo puesto con Retief Goosen y Rory Sabbatini, quienes firmaron tarjeta de 69 el único día en que el campo permitió una de esas famosas arremetidas en los últimos nueve hoyos. (AP)