En Nueva York, el barrio de Manhattan fue bloqueado y la gente instada a seguir por televisión los shows de estrellas de la música. En Times Square, que cada 31 de diciembre rebosa de gente eufórica, la multitud fue reemplazada por trabajadores de la primera línea contra la pandemia que fueron especialmente invitados.
Brasil, el segundo país con más decesos por la pandemia, recibió 2021 con su emblemática playa de Copacabana de Río de Janeiro casi desierta en vez de los millones de personas que acoge normalmente cada 31 de diciembre para celebrar el nuevo año.
Nueva Zelanda, país aplaudido por su gestión del virus, dio la bienvenida al nuevo año con multitudes reunidas en Auckland para un espectáculo de fuegos artificiales.
En Sídney, la mayor ciudad de Australia, los fuegos artificiales de Nochevieja iluminaron el puerto con una exhibición deslumbrante, pero pocos espectadores.
En la golpeada Londres no ha habido celebraciones como recomendó el Gobierno.
En París, los Campos Elíseos estaban vacíos. Francia vivió la Nochevieja bajo toque de queda y vigilancia.
En Wuhan, la ciudad china donde se detectó el virus por primera vez a finales de 2019, miles de personas festejaron la llegada de 2021. Los romanos asistieron también desde sus casas a las fiestas organizadas en Circo Máximo, el estadio más antiguo de la ciudad.