En este ataque, siempre según la acusación, el espía modificó la apariencia del mensaje para que luciera como una alerta de seguridad de Google para que cambiara la contraseña de su cuenta pinchando en un enlace.
Dos días después, los correos electrónicos habían sido secuestrados.
Lukashev continuó dejando anzuelos a decenas de trabajadores del equipo mediante distintas tretas.
Dentro de esta red de Spear Phishing, el documento cita como “ejemplo” los intentos ejecutados el día 27 de julio de 2016, inmersos en plena batalla Clinton-Trump, contra 76 cuentas de correo. Fue la primera vez que lo hizo contra ese dominio.
La fecha sería una más en la lista de momentos en los que la inteligencia rusa atacó a la candidatura demócrata, si no fuera porque aquel mismo día el magnate neoyorquino protagonizó uno de los momentos más criticados de su campaña electoral.
“Rusia, si estás escuchando, espero que seas capaz de encontrar los 30.000 e-mail (de Clinton) que están desaparecidos”, aseguró Trump.