‘‘Desde el Gobierno del Paraguay reafirmamos nuestro compromiso con el modelo de familia tradicional paraguaya, el cual protegeremos y promoveremos como lo dicta nuestra Ley Suprema, respetando y teniendo presentes nuestros valores, principios, costumbres y la identidad cultural que tenemos como nación’’. Mismo discurso de sectores religiosos utilizados en la campaña electoral.
Según el comunicado, el Gobierno del Paraguay tiene el deber de proteger la infancia a través de una educación con valores propios de la nación y ‘‘en concordancia con lo que dicta nuestra Constitución Nacional, por eso bajo ninguna circunstancia se alejará de este mandato’’.
En este contexto, el MEC se refirió al Acuerdo con la Unión Europea para el apoyo financiero a programas y proyectos del Ministerio de Educación señalando que se logró un ‘‘cambio sustancial’’ del cuestionado acuerdo por sectores profamilia.
Según el MEC no solo se cambió el nombre (Apoyo al Fortalecimiento del Sistema Educativo en Paraguay en lugar de Transformación Educativa), sino que también en su visión para asegurar que el mismo no se oponga a los ‘‘valores que defendemos’’, y que se cambia la priorización de las acciones a ser implementadas, enfocándose en un programa de lectura, escritura Y comunicación (comprensión lectora), así como en metodologías para el desarrollo del pensamiento lógico matemático y científico.
Además resaltaron que se ha blindado el mismo de cualquier interpretación que se aleje de los ‘‘valores de nuestra sociedad, tomando la Constitución Nacional como marco de referencia para todos los términos que se encuentran en dicho Acuerdo’’.
‘‘Todas las cláusulas y anexos, incluso los documentos a los cuales se hagan referencia en el mismo, se interpretarán conforme a la Constitución de la República del Paraguay, dejando claro por ejemplo, que se entenderá por género a hombre y mujer tal como figura en nuestra Carta Magna’’.
Este comunicado fue fuertemente criticado en X. ‘‘El modelo tradicional de familia en Paraguay es padre ausente y mamá haciéndose cargo. También es tradición el machismo. La violencia intrafamiliar es tan frecuente que en breve será vista como tradición. Ni siquiera pueden reconocer esto, qué van a poder educar’’, indicó Clyde Soto, la activista por los Derechos Humanos.