24 jun. 2025

El libro hablado: Un puente cultural para los no videntes

Se conocen por sus voces. En la Asociación Paraguaya de Ciegos, los libros se dejan oír en una modesta pero cálida biblioteca parlante. La entidad, con 22 años y cerca de 800 socios ofrece unos 250 títulos de temática diversa.

Por Miguela Benítez Fariña
Miguela-benitez@uhora.com.py

La biblioteca hablada de la Asociación Paraguaya de Ciegos es como un bálsamo para Patricia, una asidua escucha de los materiales que ella misma selecciona, a través de la escritura en braille de la tapa de los casetes. “Aprovecho cualquier tiempo libre que tengo para escaparme hasta aquí y llevar alguna obra que escucho en casa, en cualquier momento del día”, cuenta la joven vestida de impecable camisa blanca y pantalón negro.
Las 250 grabaciones (hay cuentos, novelas y obras históricas nacionales y extranjeras) están ubicadas en unos armarios que ocupan la sala del primer piso de la casa, donde también hay espacio para libros en braille, distribuidos en estantes, y una impresora que la mayor parte del tiempo está parada, por falta de insumos, aclara Rufino Acosta, el coordinador del proyecto libro hablado.
De ahí el valor agregado de estos materiales en audio, cuyas grabaciones son diarias desde febrero, cuenta orgulloso Acosta, cuya meta es llegar a los 10 mil volúmenes. “Ahí pasaríamos a ser la biblioteca mejor dotada de Sudamérica”, sueña Acosta.
A pulmón. La modesta biblioteca parlante funciona como una convencional, los títulos se seleccionan, se prestan y luego se devuelven. La diferencia está en la producción, puntualiza Acosta. Antes del original, del que se preparan unas tres copias en casete, hay que conseguir los libros, grabarlos y devolverlos. “Trabajamos a pulmón, sin editoriales ni convenios con bibliotecas en tinta. Los libros son prestados y siempre tememos que alguien nos cuestione la grabación de los materiales”, se preocupa Acosta.
Conseguir las voces de los libros fue siempre una labor titánica para la Asociación de Ciegos del Paraguay, que cada tanto dispone del trabajo voluntario de algunas personas, como el caso actual de una francesa, Ana Valentina de Castillo, y del locutor Sergio Araujo.
Pero la voz oficial de la biblioteca hablada es Omar Bogado, el presentador de noticias de Telefuturo, que ya lleva once años de trabajo y unos 100 libros grabados.
Una voz fija. Bogado comenzó como voluntario, a instancias del presidente de la asociación que entonces era su compañero en el Instituto Paraguayo Arte y Comunicación (IPAC). “Los sábados a la tarde nos ocupábamos de la revista hablada Arapyahú, de ciencias y turismo. Luego se consiguió un auspicio con el Despacho de la Primera Dama, en la época de Wasmosy, y pudimos hacer otras cosas en casete”, recuerda el periodista, que trabaja tres horas diarias, de lunes a viernes, en la asociación, dándole vida a historias de Gabriel García Márquez, Paulo Coelho, Marguerite Yourcenar y también de autores paraguayos.
“Es un servicio que me satisface mucho. Me siento bien sabiendo que leo para otros. Los no videntes saben apreciar la tarea de uno, porque además tienen el sentido auditivo muy desarrollado. Estoy acostumbrado a recibir sus críticas. Cuando hablo con ellos me dicen qué libro les gustó, a cuál le faltó más fuerza. La percepción increíble”, confiesa Bogado.
La grabación de cuentos, novelas y libros de historia producidos diariamente no es uniforme, dice el comunicador. “Depende de la complejidad del texto, un día puede salir de corrido, y otro más lento, por problemas técnicos”, detalla Bogado. Tanto él como el coordinador del libro hablado coinciden en que todo podrá solucionarse cuando se disponga de un estudio más moderno, otra de las metas de la Asociación Paraguaya de Ciegos, con 22 años de vigencia y la demanda de unos 800 socios distribuidos en todo el país.

Omar Bogado

“Los audiolibros son el boom del momento porque no sólo se destinan a los no videntes. También les sirve a las personas con mal de Parkinson y a los parapléjicos. Todos necesitamos de un buen libro, sea cual sea el tiempo que se le dedique”.

Los proyectos

Entre las metas de la Asociación Paraguaya de Ciegos figura un estudio nuevo de grabación que dará la posibilidad de montar una completa biblioteca hablada. “Presentamos un proyecto a Itaipú, pero no salió este año”, cuenta Rufino Acosta, consciente de que la asociación utiliza los rubros que recibe del Estado en educación, una prioridad para los no videntes.
“Una audioteca requiere de un lugar cerrado, sin ventanas, con acondicionadores de aire, buena luz y ciertas comodidades para que la gente acuda y se quede a disfrutar de los textos”, considera Omar Bogado.

LA VOZ PARA ELLOS. La calidad de lectura y el desenvolvimiento de la voz son tópicos muy importantes para los no videntes, a decir de Acosta.
“Hay voces que se nos graban, por su dulzura, su calidez, voces que nos transportan a las historias que nos cuentan”, dice el directivo de la asociación, quien no se deja llevar por la voz a la hora de juzgar a una persona. “Una voz tierna también me puede joder la vida”, exterioriza el directivo, que considera indispensable tener audiotecas en las propias bibliotecas nacionales, como una forma de integrar a los discapacitados, que tanto tienen para dar a la sociedad en general.