24 abr. 2024

El hijo de la hechicera

El poema El hijo de la hechicera, envuelto en una polémica ya subsanada recientemente, es contextualizado en este artículo por su autor, quien explica el imaginario cultural paî que lo ahúpa.

   Gregorio Gómez Centurión
El poeta en su universo. Gregorio Gómez Centurión.

Gregorio Gómez Centurión

Debido a que recientemente la autoría del poema El hijo de la hechicera fue motivo de contrapuestas opiniones en las redes sociales, puede resultar de interés la dilucidación del tema debatido.

Describo brevemente el contexto sociocultural en que se ubica el poema Paje jára memby que, en su versión castellana, fuera titulado El hijo de la hechicera.

La versión guaraní la escribí en el año 1986 y la traducción al castellano hice en el año 2007.

El paje vai, muy presente en la visión mítica de los pueblos guaraní se denomina mohãy en el dialecto pa tavyterã y es un tema difícilmente abordado con los mbairy no indígenas por parte de las Jari Jusu, los Mboruvicha y Tekoaruvicha, guardianes de la cultura tavyterã.

Según su creencia el mohãy o paje vai que puede dañar la salud o causar la muerte de una persona o de todo un grupo es provocado por alguien dotado de un poder diabólico. El mohãy que causa la muerte colectiva se denomina ñengarai o ñembo’e tata, rezo maléfico.

El hijo de la hechicera reproduce el pensamiento paî tavyterã referido al tema, aunque la forma sí pertenece al autor.

Los personajes que participan de la trama convertida en poesía son; el jefe que da las órdenes, los subalternos que obedecen, la mujer ‘hallada culpable’ y su hijo que al parecer no tomaba conciencia de cuanto acontecía en su rededor, pero que, en las dos últimas estrofas, entra en acción con mucha claridad dialogando con su sy’y la tía materna.

Como muestra reproducimos la tercera estrofa, además de las tres últimas de la versión guaraní. También presentamos la versión castellana del poema.

Dos errores ortográficos míos que aparecían en el quinto verso de la primera estrofa y que fueron reproducidos en Ñe’êrendy I 2011 y Ñe’êrendy II 2019, ahora están corregidos.

Tanimbúpe ojahu mitãmi ajuvo’î

tataypy resaképe mandi’o ohesy

ha ojeiko pe ijerére, kundahápe ojeiko

ojeju ha ojeho ha ha’e ndohupíri hesa.

Haimetéma hu’û; ojopy ha ojopy imandi’o.

Oguapykuruchî ko’êtî oha’arõ

tataypýpe jey ha okevývo

isy’y oguahérõ hendápe ohecha

ha py’a ryryipópe -tanipo okyhyje-

hovayva osy’ýre ha ichupe oporandu...

“Che sy’y chepotápa, ne membýrõ

aikose, ajopóima piky, ojapo monde’i

katueténe ne me che rayhu.

Rehendúpa. Ahase nendive

Ahase nendive mombyry”.

“Ha nde sy”, isy’y oporandu.

Jepevévõ vaicha pe mitã ndoikuaái

mba’eve, iñe’ê ipyáu, osyry hesay

ha he’i: “Omanóma,

omanóma ha’i, omano”. Opytu’u.


Poesía

El hijo de la hechicera

Que deshaga su magia. ¡Deshaga!
Desenrede y arrójala al río.
¡¡Que reviente la piel de la bruja!!
Muéstrame que en verdad lo desatas.
¡¡Ay qué fea!! Retorcidos sus ojos se ven.

Es que el joven murió dicen que…
y de hechizo murió muerte súbita fue
renegrida su piel, su garganta quemada
y perdió hasta su voz simulando toser
pero en sueño o despierto; siempre a ella la ve.

Junto al fuego bañado en cenizas
el pequeño se empeña en asar,
en su entorno todo el mundo en trajín
nadie encuentra sosiego y él,
prueba y prueba su mandioca, casi blanda ya está.

Una brisa suave que baja del cerro,
de lejos se escucha el crujir de hojarascas,
sus perfumes regalan las flores silvestres.
Mas, al mutarse en un ser monstruoso
el “silencio”, todo atisbo de luz y de vida engulló.

¡¡Duro!! duro con ella; ¡¡que desate!!
Ella fue, del esputo y sus cosas armó
y en la selva, a mitad del camino escondió.
Es que el joven a pesar de haber muerto
día y noche, solo a ella la vio.

Espumosa su boca, refulgentes sus ojos
todo el cuerpo se empapa de plasma al sudar,
mucho apesta su aliento, repugnante es su olor
y aunque nada ya siente simula dolor.
Por estar poseída, hace rato su alma partió.

Un tizón ahuecado del fogón casi extinto
estallando en llamas dejó ver al pequeño
que bañado en cenizas entre sueño sentía
estar arrullado en los brazos maternos
y que luego en apuros y asustado, huía.

‘Somnolencia’ y ‘Espanto’ le tocaron el alma
e intentando escapar se detiene y observa
con las dos manos juntas friccionando su cara
vuelve en sí y asustado murmura
ese cálido arrullo materno; ¿acaso fue en sueño?

¡¡Ni una Luz!!, ¡¡Ni un ruido siquiera!!
la mudez y el horror pareciera llenar los espacios,
aunque súbitamente rompiendo el silencio
aparece una mezcla de llanto y gemido…
¿Es el son del bambú? ¿Es mi madre que llora?

Y sentado en cuclillas esperando ya el alba
Junto al fuego; quizá en sueño o despierto
a la tía materna ve llegar a su lado
y con voz temblorosa a pesar de su miedo
levantando la vista y agitado pregunta…

¿Tía mía, tú me quieres? Tu adopción
necesito; sé pescar, sé cazar pajaritos
tu esposo eso sabe y me aprecia.
¿Tú me escuchas? Quiero irme contigo.
Vamos lejos. Quiero irme contigo.

¿Y tu mami? Le pregunta la tía.
y aunque todo parecía indicar
que el pequeño ignoraba, con los
ojos brillosos y quebrada la voz; “ya murió,
se murió mi mamita, se murió”, ¡Descansó!

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.