Este sábado llegaron los dos últimos vuelos directos entre Bolivia y España en los que no exigieron el visado con cerca de cuatrocientos viajeros cada uno, de los que unos cincuenta eran menores que venían solos (acompañados únicamente por personal de la compañía).
Cada vez que las puertas de la sala 1 de la terminal 1 se abrían, decenas de personas se abalanzaban sobre sus familiares y allegados para abrazarles, ya que en la mayoría de los casos llevaban varios años sin verse. Gran parte de los entrevistados han reconocido que venían “a trabajar, para tener una vida mejor”, aunque otros insistían en que vienen de vacaciones, a ver a la familia. AGENCIAS.