12 jun. 2025

El costo de jorobar

Por Manuel Ferreira Brusquetti (*)

Se acaba de presentar un informe realizado con los auspicios de la Agencia de Cooperación de los Estados Unidos (USAID) sobre las condiciones del transporte y la logística en el Paraguay.
Los resultados son aterradores.
En los corredores analizados, que son carne congelada a Rusia, carne enfriada a Chile, molduras de madera a EEUU, carga consolidada a EEUU, sésamo a Japón, soja a granel a Rosario y soja vía terrestre a Cascavel, Brasil, los sobrecostos identificados superan los 58 millones de dólares, lo que equivale a 19,4 del total de costos en que incurren los exportadores para enviar su mercadería. Gran parte de estos sobrecostos provienen de la pérdida de tiempo ocasionada por malos caminos, retrasos en conseguir permisos y esperas en las aduanas.
La cosa no acaba ahí.
El mismo estudio muestra que nuestros camiones circulan más lentos que los camiones brasileros: andamos por lo menos 20 km. por hora más despacio que los brasileros. Además estos camiones no pueden alcanzar las distancias óptimas de circulación porque, a más de no tener rutas para circular, no tenemos buenas aduanas, por tanto nuestros camiones esperan hasta 3 días en dichos controles fronterizos.
El comercio internacional requiere mover bienes y este movimiento requiere tiempo. El tiempo se ha vuelto una de las formas más importantes de barrera al comercio. Si no podemos entregar una mercadería a tiempo como para que nuestro cliente pueda iniciar la producción de un bien derivado de la misma, lo más probable es que ese incumplimiento haga que se nos sustituya como proveedores. El “vaivai” y el “así nomás” no solamente no funcionan, sino que te hacen perder clientes, mercados y, por tanto, plata, por lo que se cierran las empresas y se pierden empleos.
Los exportadores paraguayos eficientes, para poder cumplir con sus compromisos comerciales con clientes, deben iniciar sus procesos mucho antes que sus pares de otros países. Los camiones se tienen que enviar antes porque permanecen mucho tiempo parados con su chofer durmiendo al volante, el funcionario encargado del permiso te hace esperar para después poder cobrarte una coima y la aduana, paraguaya y argentina o brasilera, según el caso, te para la mercadería por pedido del gremio de productores correspondiente, a pesar del acuerdo de libre comercio del Mercosur.
Todo esto implica extracostos que exportadores de otros países no tienen que asumir, lo que los hace más competitivos, ya que su mercadería es relativamente más barata que la nuestra.
El origen de estos males está en la incapacidad del Estado de proveer bienes públicos que garanticen la competitividad de la producción paraguaya. La inversión en rutas se ha retraído notoriamente. En Paraguay, cada kilómetro de ruta asfaltada cubre 133,1 km2 de territorio, mientras que en Brasil y Argentina, que son mucho más grandes, cada kilómetro cubre 40,15 y 55,20 kilómetros cuadrados respectivamente.
Existen una serie de trámites en distintas reparticiones públicas que se hacen de balde. Es que hay que mantener a los funcionarios en sus puestos. Para muestra vale un botón. La oficina de puertos paraguaya, la ANNP, es seguramente la más ineficiente del mundo: necesita algo así como 2.000 funcionarios para mover unos 10.000 contenedores por año. Singapur, con menos de 50 funcionarios, mueve casi 25 millones de contenedores.
Nuestra política comercial también deja mucho que desear. Un viaje a Sao Paulo puede tomar 4 días desde Asunción porque el camión se queda trancado 3 días en la aduana de Foz. Esto significa que ese camión circula a la módica velocidad de ¡14 kilómetros por hora! Y todo esto cuando llegar a tiempo parecería ser lo más importante.
Estos son los costos ocultos de jorobar con temas tan vitales como nuestro comercio exterior. ¡Empecemos a hacer las cosas en serio!

(*) Economista jefe
Fundación Desarrollo en Democracia