Por Carlos Oviedo
Paraguarí
En medio de las investigaciones para esclarecer la muerte del ex senador colorado Esteban Samaniego Alemán, ocurrida en noviembre del año pasado en Quyquyhó, nuevamente se produjo el cambio del jefe de la Policía del departamento de Paraguarí.
El comisario Ángel Barboza fue separado del cargo, en menos de dos meses de estar en la jefatura departamental, por decisión de la Comandancia. En su reemplazo fue designado el comisario Darío Ocampos, quién ejercía la jefatura de Orden y Seguridad de Paraguarí.
El cesante había removido del cargo de titular de la comisaría de Quiindy al oficial primero Blas Ortiz, el principal investigador del crimen del ex legislador, que desembocó en la detención y procesamiento de tres importantes políticos colorados y un influyente ganadero de la zona, como autores morales y financista de la ejecución en su propio domicilio del ex legislador oficialista.
La decisión de Barboza de poner a disposición de la Comandancia al mencionado oficial tuvo su primer revés, porque dicha superioridad policial le asignó seguir investigando el mismo caso desde la propia Fiscalía.
La anulación de libertad por el Tribunal de Apelación de la zona, concedida por el juez de garantías de Carapeguá a los sospechosos Clementina Fernández viuda de Orzusa, presidenta de la Seccional Colorada de Quyquyhó y miembro de la Junta Departamental de Paraguarí; Lucio Martínez, intendente, y Celso Samaniego, concejal municipal de la misma localidad, habría sido otro factor determinante para el cambio de jefe policial departamental.
Según se supo, la dirigente colorada, a pesar contar con una orden de captura y allanada su casa por el fiscal Lucio Aguilera, nunca fue hallada, mientras que utilizaba como taxi la patrullera de la comisaría de Quyquyhó para movilizarse de un lugar a otro.