29 mar. 2024

El acelerado endeudamiento pone en riesgo el desarrollo

El rápido endeudamiento de la actual gestión de gobierno pone en riesgo uno de los capitales más importantes de la economía paraguaya: su estabilidad económica. Con la pandemia se exacerbó el problema de la deuda. Los dos últimos gobiernos heredaron una situación macroeconómica envidiable que fue debilitada por decisiones irresponsables de endeudar al país en lugar de plantear mecanismos de financiamiento sostenibles, movilizando recursos propios. Es fácil quedar bien ante la ciudadanía dejando a generaciones futuras la obligación del pago de las obras realizadas. Al actual Gobierno todavía le quedan 3 años. Es hora de que asuma la responsabilidad que tiene.

La deuda pública creció en los primeros seis meses de este año para enfrentar la pandemia del coronavirus y llegó a un nuevo techo histórico de un poco más de USD 10.000 millones.

El Ministerio de Hacienda informó que los compromisos aumentaron en USD 2.012 millones entre enero y junio, con respecto al cierre del 2019.

Teniendo en cuenta la proyección del Banco Central del Paraguay (BCP) sobre la caída del PIB de entre -2,5% al -3,5%, la relación deuda/PIB se ubica en el 30,7% entrando en el rango de alerta de acuerdo con los parámetros del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La obtención de recursos mediante la colocación de los bonos del Tesoro se mantiene como el principal instrumento de endeudamiento. Mediante esta vía, el Estado mantiene deudas por USD 6.847 millones (63%), lo cual aumenta el riesgo debido a que la deuda está en dólares, cuya cotización está en aumento.

Además de la contracción económica que tiene como consecuencia directa la reducción de las recaudaciones tributarias, tenemos el problema de la baja presión tributaria, lo que contribuye a aumentar el riesgo.

No es lo mismo un ratio deuda/PIB en un país con recaudaciones tributarias que en un país con limitadas recaudaciones.

El problema no es solo el escaso espacio fiscal que obliga a endeudarse para pagar deudas sino también la inequidad, generando el cuestionamiento de quién pagará la deuda con una estructura tributaria basada en impuestos indirectos.

La solución planteada desde el Gobierno es cambiar las reglas de endeudamiento, para lo cual envió una propuesta de Ley de Pasivos, que no es otra cosa que oficializar el llamado popularmente “bicicleteo”.

Dicho de otra manera, se trata de pasar a las próximas gestiones de gobierno y generaciones el pago de la deuda.

En este caso el planteamiento no solo da lugar a un problema económico, sino también ético. El problema económico radica en el costo adicional (intereses) que conlleva endeudarse frente al financiamiento de la crisis con recursos propios y genuinos. El problema ético se genera cuando se traspasa a las generaciones futuras el esfuerzo del financiamiento de políticas que no beneficiaron de manera directa a las que pagarán y cuando se deja el conflicto redistributivo a otra gestión de gobierno, porque serán los próximos gobiernos quienes deban acordar un aumento de los ingresos tributarios para pagar la deuda.

Paraguay está hasta este momento entre los primeros lugares de los países con mayores costos de la pandemia, situación agravada por el endeudamiento. El desempeño económico ya era un problema antes de la pandemia debido a las malas condiciones laborales, durante la misma y la posterior recuperación no debe continuar este empeoramiento.

No hay justicia económica ni desarrollo si los mismos que sufren la falta de empleos de calidad y no se benefician con el crecimiento económico son quienes también sufrirán en mayor medida el peso del pago de la deuda.

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