El acuerdo será presentado como el inicio de una nueva era en Afganistán, un país pobre devastado por la guerra desde hace más de 40 años, y augura el fin de la intervención estadounidense lanzada el 7 de octubre de 2001 en respuesta a los atentados del 11 de setiembre.
Más de 100.000 civiles afganos resultaron muertos o heridos en la última década, según la ONU, y el conflicto le ha costado a los contribuyentes de EEUU un billón de dólares (914.000 millones de euros) desde 2001.
No ha sido revelado el contenido del acuerdo, pero se espera que el Pentágono empiece a retirar tropas de Afganistán, actualmente entre 12.000 y 13.000.
Una primera retirada podría situar el número de efectivos en 8.600. Ello dependerá de los progresos de las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente Ashraf Ghani y los talibanes.
Los insurgentes deben también garantizar que Afganistán no será más utilizado por grupos yihadistas como Al Qaeda y el grupo Estado islámica (EI), para lanzar ataques en el extranjero. La firma del acuerdo se produce tras una tregua parcial de una semana en Afganistán, destinada a instaurar la confianza entre los beligerantes y a mostrar que los talibanes pueden controlar a sus fuerzas. AFP