Con los pies en el campo, los granjeros advierten que deportar a millones de inmigrantes, como promete el presidente electo Donald Trump, podría impactar severamente en la cadena de producción de alimentos, elevando los costos y causando escasez de productos.
Trump, que hizo de la narrativa antimigratoria el centro de su exitosa campaña electoral y que arrasó en las zonas rurales del país, anunció que ordenará dichas deportaciones desde el primer día de gobierno, el 20 de enero, sin ofrecer detalles de cómo las ejecutará. “Él habla de deportaciones, pero no sabemos qué significa”, dijo el granjero, al frente de Del Bosque Farms en Firebaugh, en California.
“Esperamos que no signifique que va a allanar nuestras granjas, porque sin nuestra gente, nuestras granjas se paralizarán”.
“Sería devastador para la industria de los productos lácteos”, agregó Rick Naerebout, director ejecutivo de la Asociación de Productores Lácteos de Idaho. “Bastarían un par de días de interrupción y no poder alimentar u ordeñar a nuestras vacas para dañar irreparablemente nuestra industria” no solo en Idaho, sino en el resto del país.
Pero para Tom Barcellos, de Barcellos Farms, en California, por su importancia los trabajadores inmigrantes no serán un blanco de la nueva administración. “Hay muchos otros problemas para resolver primero”, agregó el agricultor de 69 años. “Quienes están en el poder saben que no van a allanar la agricultura (...) Porque es la fuente de alimentos del pueblo estadounidense, y no quieren aumentar su costo más de lo necesario”.
Unas 2,4 millones de personas trabajan en el campo, de las cuales 44% carecen de documentos para estar en EEUU, según el Departamento del Trabajo. AFP