16 ene. 2025

Dos policías acusados de golpear están sin sanción

El afectado denunció que los uniformados estaban en estado de ebriedad. El fiscal tomó intervención, pero la causa no avanza. Dentro de la institución policial no se conoce de un sumario.

Carlos Oviedo
Paraguarí
Dos efectivos policiales denunciados por detención ilegal, tortura y robo siguen libres y sin ningún tipo de castigo.
Se trata de los suboficiales Milciades Viveros y Arnaldo Moreno, quienes continúan en sus funciones frente a la comisaría de la localidad de General Bernardino Caballero.
Los uniformados fueron denunciados en noviembre pasado por Daniel Agustín Zaracho Miranda (24), comerciante domiciliado en la ciudad de Paraguarí, quién alegó que los policías, en avanzado estado etílico, lo detuvieron ilegalmente e incluso lo torturaron y le despojaron de 500.000 guaraníes.
El actual jefe de Policía departamental de Paraguarí, comisario principal Ángel Barboza, dijo que los uniformados denunciados se encuentran bajo investigación del fiscal Víctor Ramón Maldonado. Asimismo, resaltó que la Policía cumplirá las medidas que el investigador resuelva. Mientras tanto, en dependencias policiales, no se conoce de algún sumario administrativo que se haya abierto, a los efectos de determinar la veracidad de lo ocurrido. Tampoco los denunciados fueron llamados a presentar informe de lo acontecido.
Según el afectado, el 12 de noviembre de 2006, alrededor de las 21, se encontraba en la casa de su novia Floria Rosalba Burgos Benítez, de donde salió a la calle en compañía de Pedro Arístides Burgos Benítez. Acto seguido, hizo un disparo de escopeta al aire para celebrar el triunfo de Cerro Porteño, para posteriormente comprar cerveza de un copetín cercano.

BAJADO A PATADAS. Ante la circunstancia apuntada más arriba, los uniformados, a bordo de una patrullera, lograron interceptar a Daniel Zaracho, a quien le bajaron a patadas de su vehículo y lo golpearon con la culata de un fusil. Zaracho Miranda afirma que posteriormente lo esposaron, sin explicación alguna, y que era evidente que los policías estaban borrachos.

“Me pisaron la cara”
“Me echaron al suelo boca abajo y el suboficial Viveros me pisó la cara, mientras que el otro me seguía pateando. No contentos con eso, aproximadamente por unos 20 minutos, ambos uniformados descargaron su ira sobre mi humanidad”, según escrito de denuncia.
Zaracho relató que una persona que lo acompañaba ese día recriminó la actitud a los policías, por lo que también fue amenazada de correr igual suerte si no se retiraba del lugar. Finalmente, lo dejaron en libertad, totalmente golpeado, y fue hasta un centro asistencial, donde recibió atención médica.