15 feb. 2025

Dos madres vuelven y hallan que “el país no ha mejorado”

Las hermanas Zárate se reencontraron este mes con sus hijos y padres, tras dos años en Sevilla (España). Una volverá a irse, la otra tomará un descanso. Ambas están decepcionadas porque en Paraguay todo sigue mal.

Las hermanas Adalyz y Blanca Zárate compraron los billetes de avión con nueve meses de antelación. Concretamente, el 25 de febrero, en Sevilla (España). No había mayor motivación para ellas que aproximarse a diciembre para retornar luego de dos años a Paraguay y reencontrarse con sus hijos, esposos, padres, vecinos y amigos.
Adalyz es madre de tres niños y Blanca de dos. La segunda de ellas recuerda que viajó por primera vez en el 2004, sin su hermana, y que lloraba día y noche. Aguantó seis meses. “Había dejado a mis hijos de 10 años y al más pequeño de 1 año y dos meses. Cuando entonces llegó la Navidad, no aguanté y regresé a Paraguay, al llegar constaté que seguían intactas muchas cosas en el país que no me gustaban y como ya había visto otro estilo de vida, otro trato al ciudadano, recapacité y me animé de nuevo y regresé de nuevo a España. Esta vez con mi hermana Adalyz”, refiere.

JUNTAS. Ambas pudieron trabajar juntas en una familia millonaria cuidando, en distintos momentos, a los adultos mayores de la casa y posteriormente a niños. Adalyz no puede evitar quebrarse y que se le escapen unas lágrimas al recordar los dos cumpleaños de su hija menor en los que estuvo ausente, o al contar con satisfacción que su hijo mayor, de 13 años, le ha obsequiado calificaciones excelentes en el colegio, como reconocimiento al sacrificio que ella realiza por él y sus dos hermanitos.
Ambas hermanas se encuentran en Paraguay desde el pasado 3 de diciembre. En la casa de sus padres, Petrona e Ignacio, que son los encargados del cuidado de los cinco nietos, celebraron la Navidad y ahora recibirán el nuevo año.
Adalyz volverá de inmediato a Sevilla para seguir trabajando. Blanca dice que se tomará un año de descanso e intentará hallar empleo en el país. Sin embargo, sus esperanzas son escasas. "¿Qué han estado haciendo las autoridades?”, se pregunta, y confiesa que la percepción que tiene es que la situación aquí cada día está peor.
“Yo no veo mejorías en Paraguay. Nosotros nos matamos trabajando y enviamos cada euro que ganamos, y pienso que todos los que están allá hacen lo mismo. Nuestro país tiene que levantarse”, cuestiona y augura Blanca.

DECEPCIÓN. Ella y su hermana no comprenden por qué todavía no se han creado fuentes de trabajo en el país. “Esto debería ser prioridad inmediata. Hoy tampoco hay seguridad ¿Qué progreso podemos tener acá?”, insisten.
Ambas son también el sostén de sus padres, los que a su vez se encargan de criar a sus hijos en la casa común que tienen en Valle Ybaté, Lambaré.
Según Adalyz, para evitar que más paraguayos se vean obligados a abandonar el país el Gobierno y el sector privado tienen que ayudar, sobre todo a los jóvenes. “Ya sea para que estudien o creándoles fuentes de trabajo. Si no lo hacen los están empujando a que se conviertan en delincuentes”, asegura.
Para ella la suerte de Paraguay pasa por dar lo mejor a los niños y jóvenes. “Volveré a Sevilla, justamente por el futuro de mis hijos. Los dos varoncitos quieren seguir carreras que demandan inversión. Uno quiere ser médico, el otro, futbolista”, cuenta orgullosa.
Adalyz sostiene que lo más difícil de sobrellevar allá es la añoranza. “La niña que cuidé allá siempre recuerda que yo le decía que echaba de menos hasta al perro de mi vecina. Extrañaba el calor, hasta el miedo a los caballos locos”, destaca entre risas.