16 jun. 2025

Dos hermanas dejan el tatakua calentito para viajar a España

Francisca y Delia Sánchez debieron abandonar la tradición familiar de Semana Santa para ir a miles de kilómetros de distancia en busca de trabajo. Atrás quedan la chipa y la sopa paraguaya. No tienen pasaje de vuelta.

Francisca y Delia Sánchez son dos hermanas que tuvieron que dejar de lado las tradiciones de la Semana Santa, muy arraigadas en su familia, y viajar a España en busca de trabajo. En la casa dejan a otros 7 hermanos, y –según dicen– es la primera vez que salen del país.
“Por un lado estamos contentas porque pudimos juntar algo de plata para comprar el pasaje, pero estamos muy tristes por la partida. Ayer (por el martes) ya hicimos la chipa y estamos llevando unas cuantas a escondidas”, dijo Francisca.
Ella deja aquí a sus cinco hijos junto con su marido.
“No se imaginan el dolor que se siente al dejar todo para comenzar de nuevo en un país muy lejano y extraño, pero qué se va a hacer. Aquí no conseguimos trabajo”, señaló.
“Dios quiera que regrese para el próximo año a compartir con mis familiares. Por ahora me voy con una gran esperanza de conseguir trabajo”, añadió.
Por su parte, su hermana Delia va más tranquila porque lleva a sus dos hijos (la nena va a festejar sus 15 años en España) para reencontrarse en la península con su marido, que ya tiene trabajo.
“Es sin fecha de regreso”, afirma escuetamente Ramón Aquino, cuñado de las hermanas, mientras retorna cabizbajo de la puerta de acceso restringido del aeropuerto, hasta donde fue a despedir a sus familiares.
Comentó que Delia debió vender su casa con todos los muebles, electrodomésticos y ropas para viajar.
“La idea es ir a vivir allá en familia. Para nosotros es como si un pedazo de nuestro corazón se fuera muy lejos”, lamentó Aquino.

RECOMENZAR. Con lágrimas en los ojos, parientes de las viajeras comentaron la experiencia de tener que regresar a casa sin dos miembros de la familia.
“Es la primera vez que nos separamos. Lo más triste es que la ausencia se produce en plena Semana Santa, uno de los acontecimientos más importantes y sagrados para nosotros porque acostumbramos aprovechar este momento para compartir todos en unidad y reflexión”, dijo Ramón.
Otros familiares de Francisca y Delia se negaron a opinar.
“No sé qué decir, solo que estoy muy triste”, se limitó a decir uno de ellos, mientras un grupo de amigos se echaba a llorar en medio de los abrazos y el adiós.
Francisca y Delia, muy confundidas, respondían a los cumplidos con un emocionado “rohóta roju” (Volveremos).